viernes, 28 de marzo de 2014

La noche ampara (poema)

Acaba la tarde clara y dulce
Y el aquel jilguero alegre trina
El tardío frío cruel se aproxima
A helar el bosque que a todos seduce


Mil raídas, rozan sus ramas
Los árboles que antaño reinaron
Con el fervor que a tantos cobijaron
Hasta quedar secas sus ganas


Y atenazado el jilguero inexorable tirita
Entre el impuesto claro y la sombría noche
Muerta la mano que otrora fue broche
La vida del bosque ceñuda se irrita


De espacios vacíos, zonas para amar
Aquellos animales que sobreviven ocultos
Reunidos a la fuerza, irrumpen convulsos
Olvidando al predador que viene a cazar


Se acerca la noche a acogerlos de nuevo
Donde el claro día los desprotege
Cobijo que asusta y a la vez guarece
Con sus helados dedos y el calor de su credo

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