viernes, 29 de mayo de 2015

Por duplicado


Ya veis, dicen que todo lo que obtienes por duplicado es bueno. Permítanme decirles que no estoy de acuerdo. No todo lo recibido, en doble medida, tiene que ser una buena noticia. Pondré unos ejemplos. Enfermedades, golpes del destino, infelicidad, etc…

Mi caso no es que sea extremo, aunque tampoco podría considerarse como anormal: soy gemelo. Ya puedo imaginar las risas en vuestras caras, pero en verdad que no es para reír.

Nací trece minutos y cincuenta y dos segundos después que mi hermano, cuando la alegría de su nacimiento era total y eufórica. Por el contrario cuando llegué yo, sin que nadie lo esperase, los rostros de asombro mataron aquel júbilo espontáneo de la llegada de ese primer hijo. Mi primer contacto con el mundo fue ver aquellos pasmados rostros. 

Ya, meses antes, la lucha por hacernos un hueco en el pequeño cuerpo de nuestra madre fue titánica. Pasé ciento cuarenta y siete días con su pie golpeando mi cara a ritmo de las obras maestras de Johann Sebastian Bach. ¿Os vais haciendo una idea?

¿Os gustaría ir al cole cargando con vuestro espejo? Vestidos idénticamente, y sin poder elegir. Nada más fácil que levantarte y tener que buscar cada pieza del cuadro que hoy te han pintado.

En el instituto nos libramos por fin de esa rutinaria pesadilla, aunque surgieron nuevos desafíos que pusieron a prueba mi ocurrencia de pedir una orden de alejamiento. Tuve cuatro peleas, y ya no íbamos conjuntados. Una de ellas por culpa de mi hermano. Bueno, una de cuatro tampoco es tanta su culpa, pero claro si la comparamos con las otras tres: verbales y de bravucón, la suya me dejó la única diferencia por lo que a día de hoy nos reconocen quienes no nos han visto en la vida.

Una paleta, un colmillo y dos premolares, que han hecho que reír sea un ejercicio de interior. 

Pero si os digo la verdad, nada de eso tendría importancia si no fuera una constante en mi vida. No teniendo suficiente con lo que te ocurra a ti, tener que lidiar con las de alguien que, a no ser por la apariencia física, poco nos legó el haber permanecido nueve meses en la misma celda.

Hoy va a ser el peor día de todos. Hoy se casa él. Tendría que estar alegre, por fin se va de casa, ¿no?. Pues tampoco. Anoche fue noche de despedida. Creo que ha rozado el coma etílico. Y no es verdad eso de que por ser gemelos sintamos telepáticamente las mismas cosas. Yo me fui a las doce y he dormido a pierna suelta. Pero claro, su teléfono sonó a las ocho de la mañana.

Era ella, que quería saber cómo estaba. He tenido que aprender a fingir su voz, que remedio (el colegio – las llegadas a las tantas – nuestra tía Erminda).

Fui en su busca, sabía donde había dormido. Jacinto es todo menos una persona con orden en su vida. Allí estaba, botados ambos sin poder articular acción ni palabra.

Por eso digo que hoy será el peor día de los veintitrés años que llegamos a este mundo. Tendré que casarme con ella… y aunque no tengo ningún motivo para ello, solo espero que nadie me haga reír. 

miércoles, 27 de mayo de 2015

Cien días de dudas




Ando recomponiendo mi Diario
del roto arrebato que aún perdura.
Octubre mató a noviembre,
y rodeando mis pies, cien días de dudas.

Septiembre robó nuestro viaje,
se lo llevó hacia la alfombra.
El mar, el barco, la sangre,
y los vestidos de mi memoria.

Ando recomponiendo mi Diario
desde el túnel de mi Alzheimer.
Y con mi mente colgando de su tren,
Octubre olvidó a septiembre.

Mi mundo


En mi mundo
la luna rueda como un queso sobre las olas,
el mar es de un suave color púrpura,
y las estrellas cuelgan de las gaviotas.

Su espuma desdibuja mi barquito,
con el fondo de la noche sosegada.
Una estrella fugaz me sigue a todos sitios,
creo que la tengo enamorada.

Ayer cayó un satélite del cielo,
el firmamento suele gastarme bromas.
El mar lo engulló como un juego,
pero hoy mi teléfono no funciona.

Mi mundo transita por un desagüe,
algún día de estos lo devorará.
Espero no perderme ningún detalle,
por si un día lo vuelvo a imaginar.

Qué inolvidables segundos


La luz conformaba un túnel perfecto, 
alrededor todo era nada.
Insignificante, casi un muñeco,
sentí que un hilo, tiraba y tiraba.

El silencio casi abrazaba,
y el túnel más me envolvía
Su luz mis dedos consumía, 
apenas podía cubrir mi cara.

De repente, la luz fue todo,
engullida quedó la nada.
El hilo tiró de otro modo,
y sentí que mi alma avanzaba.

La luz era de un blanco solemne,
alrededor todo era calma.
Insignificante, casi un pelele,
sentí como algo me anclaba.

El silencio casi embriagaba,
y el túnel desaparecía.
Su oscuridad mis ojos aturdía,
apenas podía asumir que estaba.

De repente, todo era nada.
engullida quedó la luz.
El hilo, su furia destensaba, 
y sentí una agradable quietud.

Ahora vuelvo a palpar la cama,
y mis parpados se abren al mundo.
Solo ese ¡Pib!, ¡Pib!, quiebra la nada,
pero qué inolvidables segundos.

viernes, 22 de mayo de 2015

¡Es tan grande nuestro árbol!


Hoy, por fin, nos hemos encontrado en la misma rama.
¡Es tan grande nuestro árbol!
No sabía que cantaras, ni que sonara así tu amor.
Hoy no parece nuestro último día.
Nunca nada fue tan real.¡Cuánto calla la razón!

Hoy llevo mis plumas de Búho, y pretendo escucharte.
¡Son tan simples los “te quiero”!
No entendí nunca a tu corazón.
¡No quisiera verte emprender el vuelo!
Nunca nos hablamos de verdad.
Hoy es hoy, y tengo miedo.

Hoy que estamos frente a frente.
Juntos en el salto o para quedar.
Pienso en los silencios que se ha tragado mi mente.
Que ahora solo querría… hablar y hablar

jueves, 21 de mayo de 2015

Sin final con ternura



Cruzado en el verso dolencias de un corazón partido,
rampa demonio inquieto en sus líneas manchadas.
Y trasiega el cadáver fétido de un amor dolorido,
que enmudece al llanto surgido de su palabra.

Retiene su aroma en cada frase impresa,
hurgando mezquina en la herida pustulenta.
Y la mísera Oda vertida queda presa,
a un recuerdo amargo podrido en la cuneta.

Cruzado el punto, se esparce el hedor,
cubriendo todo lo que hubo de bueno;
el curso de un tiempo que quiso el amor.

Inevitable es, que no sirve de sutura,
ni enmienda como pago del querer;
quedado el remordimiento sin final con ternura.

Al agua, el río
Al pie, el camino
Al miedo, el frío,
Al amor,... su destino

miércoles, 20 de mayo de 2015

Aún te escribe versos


A ratos mi mente conversa contigo,
y ya no pide, solo susurra.
Te quiere explicar que las rosas te echan de menos
cuando se abren cada mañana.
Y recurre al momento más simple,
a la tarde cobijada bajo la manta. 
Cuando cree ver tu sombra en el espejo,
y que le devuelves la mirada.
Le han quedado sueños pendientes,
y otra última copa en el porche.
Se acuerda de verte dormida,
y de tu calor impregnado en las sabanas.
Se siente confundida sin ti,
cree que ya no la quieres.
No quiere reconocer,
que tu marcha no fue programada.

Aún le quedan trozos de ti pegados, 
aún se acurruca en tus senos,
aún recuerda tu aroma,
aún te escribe versos.

martes, 19 de mayo de 2015

Un grito de libertad


En la memoria de los árboles,
están ateridos miles de inviernos,
millones de flores, de rumores,
¿Cuántas hojas? ¿Cuántas llovieron?

¿Cuántos silencios habrá abrazado, 
en la soledad de la noche oscura?
ansiando la desnuda impostura,
del clamor que el día ha derrochado.

Yo, que lo he sentido girar, 
para refrescar su frondoso cuerpo.
Ahora oigo al viento llorar,
sintiéndolo erguido, pero muerto.

¿Puede un árbol querer descansar,
tras la dureza de tantos años?
Pues no es normal, ese grito de libertad,
de este Otoño en pleno mayo

Déjame


Déjame que marche, si es lo que quiero, hacia el ocaso,
deja que piense que la marea es muy cobarde,
que no le gustan los recuerdos, cuando borra mi presencia.

Deja que rumie si es mejor un regalo que un te quiero,
que hay más razones calladas que alardes,
déjame ocultar dónde mis ojos buscan tu ausencia.

Déjame sentir el amor en la piel,
deja que reviva cada noche mis pesadillas,
que tenga miedo a mentir por preservar.

Deja que pida perdón a la naturaleza,
a los ríos por no poderles beber,
déjame poder negociar lo que salvar.

Déjame pensar que hoy no es mejor que ayer,
deja que esconda la razón de mis miedos,
que puedo hurtar derechos a mi voluntad.

Deja que crea que mis letras gusten a alguien,
que no serán invisibles como el viento,
déjame que sueñe aunque tenga que llorar.

Déjame hundir el rostro en mis manos,
que no haya etiquetas que ubiquen al dolor.
deja que las esconda cuando las llames.

Deja abierto el corazón sin temor,
que el camino continúe enseñando,
Déjame invertir mis pensamientos cada tarde.

jueves, 14 de mayo de 2015

El largo viaje de tus lágrimas


La primera lágrima la forjó un beso,
furtivo, entre las sombras.
Un rumiado flirteo, unos ojos, una boca.

Asomada al balcón de los sueños,
inició su errático viaje.
Un sendero a lo incierto,
el clamor ingrávido del peaje.

Vuelve a empujar un compromiso,
una deuda concertada.
El resplandor de aquel anillo,
que era el inicio de la palabra.

Vagando por la mejilla,
muy despacio, caminó.
Colocada en su guía,
rumbo al amor.

Por un segundo se frena,
atajada por la duda,
El rumor de una aventura,
pero el descenso concatena.

En la comisura también titubea
es tan grande el precipicio.
El dolor de una larga espera,
y llegaron los hijos.

Por ellos también surca,
un breve espacio infinito.
La senda del proscrito,
donde una madre nunca disgusta.

Cuan distante el tiempo,
que al borde la llevó.
Casi cincuenta inviernos,
hasta que la muerte lloró.

El largo viaje de tus lamentos,
muchas huellas va dejando.
Y en el camino, resecando,
furtivos, atajados y sedientos.

lunes, 11 de mayo de 2015

La foto que viro hacia la pared


Mi calle se siente vacía,
solitaria, contrariada.
Mi calle ya no es lo que era,
Muda, desgraciada.

No hay cómplices caminando sus sombras 
El silencio se ve.
Mi calle no era un lugar remoto,
ella dio fe.

Los gatos se desesperan entre los coches,
Dentro de sus pijamas noctámbulos. 
La farola de la esquina parpadea,
pero nadie entiende su Morse.

La primera vez que te vi llegar por ella, recuerdo la foto,
que ahora viro hacia la pared.
Y recuerdo la secuencia, que yo mismo inmortalice.

La calle y tú, la farola y su hipo, las sombras, los coches.
Y yo detrás del objetivo...
Ah, y esos fantasmas con sus pijamas de noche.