viernes, 27 de marzo de 2015

La venda en los ojos (poema)



Parece indefensa
Su voz casi no incide 
Curando sollozos
Respetuosa, se exhibe 
Recuerdo el encuentro
El primer mohín
Tapando rastrojos
Muriendo por mí
Parece despierta
Nadando en sus sueños
Se pierde y se encuentra
Y huye feliz
Se muestra coqueta
No sabe donde va
Con tus incansables piruetas
Vive... la AMBIGÜEDAD

MI PRIMERA VEZ (corto)



La primera vez fue detrás de aquella cortina azul. Aun lo recuerdo, allí nadie podía ver mi cambiante y expresiva cara de satisfacción. Comenzó ella. El roce de sus dedos fue vertiginoso y ordenado a la vez que distante en la intensidad. Yo la seguí como un colibrí excitado. El ímpetu del primer momento la hizo transitar entre las sombras de la luz cenital: blanca, oscura y otra vez blanca, acompasada al agitado movimiento. Entre su palpitante respiración, los silencios fueron marciales y rigurosos, a la vez que el fraseo de su voz parecía estar ocurriendo dentro de mi atento oído, arropándome como a un crío para a continuación partir en canal la escena. Demoledora y experta, con el instrumento entre sus manos.


Disfrutando con los ojos cerrados, era mi primera vez, solo podía imaginar que dentro de aquel traje, de negro riguroso, dormitaba el rojo obligado en lo más íntimo, envolviendo la tensa maquinaria que se intuía. Y de repente, atrajo nuevamente toda mi atención; como único plebiscito, antes de acabar su magnífica obra. ¡Dios!

Se llamaba Varvara Nepomyaschaya, y ha sido el mejor concierto de piano que he escuchado en mi vida, aun estando detrás de aquella cortina azul.

De ovación, oreja y rabo.

Los ojos de Bagdad


Ayer vi el amanecer más hermoso salir tras las nevadas montañas del Kurdistan. Cada color, cada tonalidad, embargaron la escasa emoción que me queda. Fueron los treinta minutos más embriagadores que he pasado en los cuatro meses que llevo en este país. Nunca pensé que fuera tan bello, hasta el desierto, con la combinación de ocres de la arena cambiando al movimiento de la luz diurna, es de una belleza casi imposible de describir. Pero ayer también fue el peor día de mi vida.

Sus ojos nos dicen a cada rato que no nos quieren. No he visto ningunos alegres desde que llegué. Es, tristemente, la pura realidad. Ese primer contacto, esa intuida cercanía que pueden aportar los ojos de una persona, no existe en este lugar. Ni en los niños, que te esquivan presurosos hasta esconderse detrás de sus madres o sus hermanos mayores, tienen un rayo de esperanza en su mirada que te pueda hacer sentir que estas haciendo lo correcto. Sin ninguna emoción más que su miedo hacia nosotros. Los solitarios columpios parecen llorar cuando los niños corren a refugiarse de nuestros registros, oxidados y quejumbrosos por su falta de uso.

¿Pero qué es lo correcto? Me imagino a alguien irrumpiendo en mi propia casa y poniendo a mis hijos de rodillas durante horas, mientras la utilizan para vigilar a todos y a todo tras los registros del día, y se me revuelve el estómago al ver caer su mirada rendida al suelo frío.

Ayer, alguien a mucha distancia decidió que yo muriera: que mi hora había llegado, y apretó el gatillo de su arma convencido de que otro demonio dejaría de existir. Las balas no saben de vientos o tormentas de polvo, ni de sus ráfagas arremolinadas que se exhiben de pronto desviando esa sentencia que llevaba mi nombre. Esa, que después de atravesar mi hombro fue en busca de Yusuf. No puedo imaginar lo que estaría pensando, con los ojitos clavados en el suelo.

Hoy el sol no ha salido en esta hermosa tierra. Triste y nublado, ha acompañado el desconsuelo de otra familia. Tan tristes y nublados, como los ojos de Bagdad.

martes, 24 de marzo de 2015

Soñaré beberlo


Despejé de maleza nuestra parte del mundo.
Inventé un río que nos acompañara.
Fue rotundo el cielo cobijando mis miedos,
y aun así quedó frío un rincón en mi almohada.

¡Ay! noble amor, que me has abandonado,
que retienes lejano mi trozo de pastel.
¿Qué te he hecho para que no sacies mi sed?
si tan solo pido beber de sus labios.

Seguiré espantando mis cuervos.
Pintaré un mar que se empape de nuestro río.
Con mis ojos cerrados soñaré beberlo,
aunque solo sea cuando esté dormido.

lunes, 23 de marzo de 2015

Tres vidas


Hay un camino junto a un lago,
bajo un árbol extraño y denso,
donde se bifurcan tres vidas,
tres razones de lo incierto.

A los quince elegí la que descendía,
cuesta abajo, simple y rápida.
Sin miedos, de sangre fría,
el sitio casual para una joven lápida.

Un mural de sensaciones,
el local del tahúr tiempo.
Un camino que has de desandar,
si no quieres acabar muerto.

A los treinta elegí la que asciende,
la que te encoge el corazón.
Bombeando para subir la cuesta,
donde espera el amor.

y llegué a lo más alto,
a la cota acostumbrada,
y el miedo al día a día,
tiró de mi, a que bajara.

Ahora tengo cincuenta,
y he vuelto bajo el árbol.
Estoy mirando a la tercera,
la que es llana como un manto.

Me han dicho que es muy corta,
que atraviesa un viejo prado.
La experiencia, que ya es mi sombra,
Me dice que disfrute un rato del lago.

Hay un camino junto un lago,
bajo un árbol extraño y denso,
donde se bifurcan tres vidas,
tres chisteras para un mago.

viernes, 20 de marzo de 2015

¡Calla, noche!


¡Calla, noche!
No empujes la arena contra su Jaima 
Ni distraigas sus sueños ocultos por las Dunas
Los que refrendan a la luz de la luna 
Déjales dormir

Deja que descansen los animales
Que ordenen en sus mentes los mapas
Los que ocultará nuevamente el viento
Tras su enésima etapa

¡Aguanta, noche!
Los niños despertarán pronto
Sus descalzos pies volverán a escribir
Longitudinales historias en el desierto
Déjales dormir

Deja que se oigan sus pequeñas voces
Que surquen la llanura calurosa
Soñando con ciudades majestuosas
que ya cubrió la arena otras relegadas noches

¡Marcha, noche!
El sol ya viene a relevarte
Y el azul ocultará tus miedos
No pongas más a prueba su credo
Déjales vivir.

miércoles, 18 de marzo de 2015

En una esquina


La vieja farola de la esquina de mi casa
Cargada de sal de las marismas
Todavía deslumbra, todavía acompaña
Su agotado cristal aun reluce cual prisma
Tintineando el rocío de su tela de araña

La vieja farola de la esquina de mi casa
Ha visto pasar demasiados muertos
Cortejos ilustres e infortunadas comitivas
Coronas, guirnaldas y a veces panfletos
Iluminando en ocasiones tristes misivas

La vieja farola de la esquina de mi casa
En las noches frías del invierno
Llora amargamente diamantes salados
Bautizando con gotas de su acopiado fierro
Las espaldas de furtivos enamorados

La vieja farola de la esquina de mi casa
Todavía juega con la sombra de los gatos
Con su temblorosa luz amarillenta
Persigue sus furtivos asaltos
En las noches del Norte, crudas y violentas

La vieja farola 
aun se enciende
en una esquina 
de mi mente

martes, 17 de marzo de 2015

Palabra, sangre, amor y gente


Sin palabras que nos hieran
Sin sangre derramada
Sin amor que nunca fuera
Sin gente de voz clara

La palabra llena ríos
Que la sangre ya quisiera
Ni el amor tiene sentido
Si la gente no lo viviera

La palabra, de algún modo
A la sangre hace pura
Donde el amor lo cubre todo
Y a alguna gente vuelve oscura

La palabra convence al mundo
La sangre nos fortalece
El amor es vagabundo
Y la gente bien merece

La gente necesita amor y palabra... como la propia sangre.

lunes, 16 de marzo de 2015

Mordeduras de amor



Cincuenta trozos he cedido de mi cuerpo,
arrancados con dolor.
Concesiones invisibles como el viento,
mordeduras de amor.

Todas las que me harán falta,
si un día vuelvo a querer.
Las que me obligarán a amar con mordaza,
si pretendo ninguna más perder.

Cincuenta trozos de vida.
Cincuenta cicatrices.
Cincuenta duras heridas.
Ahora preferiría morirme.

Nuestro primer encuentro (Micro)


Recuerdo nuestro primer encuentro. En el autobús, uno frente al otro. Ambos en nuestra burbuja, nuestro espacio ermitaño. Tú escuchabas música mientras yo pensaba en ti. El largo y ajetreado trayecto se me hizo corto, abstraído del murmullo dormitado de los pasajeros, imaginando poder acercarme. Y el momento llegó. Nuestras embarazadas mamás bajaban en la misma parada, y chocaron sus barriguitas al levantarse. Aun recuerdo como me estremecí dentro de mi líquido amniótico.

Notas amarillas


Las notas amarillas fueron el inicio.
Aquí y allá. Escueto el texto.
Los espacios cada vez más amplios.
Y los retos yacen muertos.

Pesadas e insípidas conversaciones.
Anodinas las miradas.
Un mar dividido por la emociones,
para dejar pasar la nada.

Mis tristes manos hacen cambiar tu postura.
Inquietos los sueños llenos de heridas.
Los buenos días perdieron la ternura,
y ahora… te haces la dormida.

Los caramelos ya no saben bien


El gallo por fin se ha dormido,
y las plantas se ponen ellas mismas el agua.
Le he pedido color a la noche,
y silencio a la mañana.

Un señor me da los buenos días,
y los caramelos ya no saben bien.
Mis piernas tiemblan de alegría,
cuando la farola es mi rehén.

No sé quién eres,
incluso ahora, sosteniendo tu cara.
Pero tu sonrisa es tan conmovedora,
que no me importar porqué la tocaba.

Y el sueño emborrona tu rostro,
mientras mil dedos me manosean.
Siento frío, miedo y enojo,
¿Por qué me habré tumbado en la acera?

jueves, 12 de marzo de 2015

Noto su tristeza tras de mi


Ayer estuve observando a mi sombra.
Ha encogido con los años,
ya no acopia mi perfil,
ni resurge en los veranos.

Su tono ahora es más gris.
Creo que ha comenzado su declive.
Noto su tristeza tras de mi,
y a veces pienso que ni me sigue

Ayer estuve observando a mi sombra,
y ella también me observaba.
Creí sentirla sollozar,
y tuve que apartar la mirada.

Frío humano


Siento frío amigo.
No del común.
No del que se siente en la piel,
del que pudiera defender con mi ropa.
De ese que solo trae la distancia,
tan dañina y regeneradora a la vez.
Del que padece quien se queda,
anclado al puente, al pueblo, al río.


Ya ni las fotos ofrecen el calor necesario.
Y las escasas palabras escritas son copos de ausencia que se suman

Siento frío amigo.
No del invierno .
No del que se siente caer.
Frío humano.
Del que trae estar tan lejos.
Frío, del de volverte a ver.

martes, 10 de marzo de 2015

El resultado nunca suscribe, si quien queda no queda vivo.


Dicen que las olas limpian la playa, que regeneran la costa con su ir y venir. Que la naturaleza reclama lo suyo, reconquistando lo robado.

Marta no quería nada de eso, sólo un futuro limpio y embriagador. Dejar atrás sin secuelas, la penuria de su sin vivir. Pero la carga de toda una vida, acumula demasiados heridos. Las batallas, las guerras, nunca dejan los campos igual tras su paso.

La maleta hecha, sus lágrimas empapándola. Mirando un reloj aborrecido, por marcar las tantas horas monótonas y estériles. Miles de recuerdos le asaltan con solo levantar la vista y depositarla en muebles, vajillas o lámparas.

Aferrada con fuerza a ella, tiembla todo su cuerpo. No quiere hacer daño, tampoco agasajar. Tan solo se quiere alejar y desvestirse de su letargo.

Se muerde los labios cuando vuelve a oír el timbre. Otro día ha pasado, enojoso y simple. Ya escucha sus pasos regresando del colegio. Otro día se ha hecho tarde, la decisión no ordeno el asedio.

Suelta la maleta, recompone sus cabellos, abre la puerta, y se los come a besos.

La insignificancia de la grandeza.
La parodia frente al reto.
Los muertos piden memoria.
El asalto: balas no, besos.

Dirimidas las simplezas,
se aturden exteriotipos.
El resultado nunca suscribe,
si quien queda no queda vivo

lunes, 9 de marzo de 2015

Dudas en la oscuridad


¿Es mi andar un simple viaje,
en la vasta razón del tiempo?
¿O el camino solo es bagaje,
hasta encontrar un simple Te quiero?

La noche redirige el timón,
esquivando los torcidos senderos.
Los muertos que a viva voz,
les gritan a nuestros miedos.

Y en el sueño encuentro mi paz,
¿o es su falta de sentido?
Blancos colmillos y garra mordaz,
hundidos en los recuerdos que ya he lamido.

¿Es mi alma una estrella evasiva,
alejándose de mi cuerpo?
¿o son solamente meras diatribas,
que evito tratar, cuando estoy despierto?

Simples dudas en la oscuridad,
donde el barco no se inclina.
Donde mi ánimo es inmortal,
donde impido que el mundo me incida.

BLANCO PERFECTO

Cenicienta y el Alzheimer Óleo sobre lienzo 2010.
Colección privada Miguel Bañuls

El lienzo asumía el blanco perfecto.
Los pinceles secos, frescos los colores.
La inspiración se perfilaba con ganas.
La luz, el silencio, 
pero su mano se frenó. 

El primer trazo no era el problema. 
Ni el sector o la cuadrícula. 
Nítido el ojo, cómoda la postura. 
Limpia la armonía de eczemas, 
pero ella dijo no. 

Beligerantes armaron la pregunta. 
¿Qué diablos ocurría? 
Nada falta, todo encaja. 
Si hasta el blanco inspira ternura, 
pero nada cambió. 

Y pasaron algunos años. 
El lienzo acre se cuarteó. 
Los pinceles resecos, quebradizo el color. 
El rostro impávido y calmo, 
la mano del Alzheimer ganó.

jueves, 5 de marzo de 2015

RÍO = VIDA



Afortunadamente, el río nunca para,
nunca elude, nunca cede.
El río, simplemente, atraviesa por donde puede.
A veces crecido, a veces sediento, 
reunido en la montaña. 
Pierde cota el recorrido, y si sube, se embalsa. 
Afortunado quien vive de él, 
de su agua, vegetación o fauna. 
De su quieta languidez, y si es brava, de su hazaña. 
El río araña la tierra, 
esculpiendo sus heridas. 
Poco a poco, paso a paso, como a cualquiera, tras la vida. 
Tiene muchas virtudes el río, 
si se agita o se remansa, 
Y para sus fieles custodios, siempre madre esperanza. 
El río emite sonidos, 
tan hermosos como sus silencios. 
Según bailen piedra y agua, paz o tormento. 
Pero el río solo tiene una dirección, 
rumbo al mar, aunque no lo alcance. 
El río te vio nacer, y será testigo de tu desgaste. 
Del río nunca te podrás separar, 
por mucho que te alejes. 
Y si tristeza te da… el se acerca, cuando llueve.

miércoles, 4 de marzo de 2015

La Esquina Roja



Con tu brillante carmín,
delimitas la frontera.
Mostrando ambos mundos,
La tangencial armonía de dos aceras

En un lado el mar
al otro un riachuelo
se intuye la diversidad
se revuelven mis recuerdos

Y yo en medio, y tú a un lado,
Reclamándome con los ojos.
Insinuando un futuro,
y un calor amamantado.

Y tú a un lado, y mi vida al otro,
lo real, lo tangible.
Donde se anclan mis pies,
y la vida es tan triste.

Es la esquina de las dudas,
de la carne contra el tedio.
De la alegre manicura,
donde la moneda es otro miedo.

El límite prohibido,
sustancial irrelevancia.
Hacia uno o hacia el otro,
en tu mano está la “Gracia”

Y yo a un lado, y ella al otro,
el hogar monocromático.
La dosis de realidad,
donde se ama desde un pozo.

Y ella a un lado, y yo aquí,
decidiendo quien me acoja.
En la razón, o en lo banal,
en la Esquina Roja.

martes, 3 de marzo de 2015

Ahora


Ahora, ya puedo nombrarte,
el tiempo dio tiempo a recomponerlo.
Ahora, ya sé cómo hablarte,
sin que vuelva a sangrar el estigma sediento.

Tu voz se grabó cognitivo en mi piel,
pero ahora ya es tarde.
Y aunque tú no me ames,
seguiré mimando tu recuerdo de ayer.

Ahora, el velo ha partido,
el miedo adolescente que cegó mis ojos.
Ahora, mis muros derribo,
aunque detrás ya no estén tus labios tan rojos.

Nunca más cerraré esa puerta,
ni levantaré una nueva pared.
Y aunque la tuya ya no esté abierta,
gritaré tu nombre para que sientas mi sed.

Ahora, ya puedo nombrarte,
el tiempo dio tiempo para enamorarme de ti.
Ahora, ya puedo hablarte,
e implorar que te quiero, con mi alma, Sophie.

lunes, 2 de marzo de 2015

Sufridas por gentes como tú



Con el fuerte trazo y el alegre flirteo,
las palabras hieren el papel.
Grabando en unos surcos perfectos,
historias servidas del ayer.

Como las Monarcas yendo hacia el Sur,
atrapa la tinta todo sentimiento.
Ahogados gritos y férreos lamentos,
adheridos como el cielo al azul.

Posadas en puntos y gélidos acentos,
dan vida a lo que un día fue.
Sin vacilar, redibujan los sufrimientos,
en ásperos caminos, fáciles de recorrer.

Y entonces la trama es real,
quebrada la virtud, sin el sentir.
Humedecido el papel con la lágrima servil,
se firma una vida, casi inmortal

Historias mundanas son llamadas,
sufridas por gente como tú.
Leídas sobre el lecho de una cálida cama,
ni huelen, ni sangran, ni redimen su cruz .

Son esos libros de tapas de piel,
anónimos cirios que un día prendieron.
Ilustrando vidas que han hecho crecer,
la cultura, el saber y esas voces que murieron.