lunes, 31 de marzo de 2014

EL SILENCIO (poema)


¿Es el silencio
la mano que mece,
que ermitaño te acedia
y la piel adormece?

¿Es el silencio
Una fría derrota,
que imparable da muerte
enquistando tu boca?

¿O, es al silencio
a quien cedemos la suerte,
tristemente apegado
como el cirio a la muerte?

Siento mi alma perder,
los silencios se la llevan.
Se apoderan de mí ser,
como el agua tras la ola

Ah… esos silencios,
como la llama encendida,
que sutilmente insinúa,
que aún sin voz, también hay vida


IDIOSINCRASIA - 1ª PÁGINA DE MI NUEVA NOVELA

-Esa es su cámara. Cuando responda deberá dirigirse a ella-

Luego, la joven regidora, hizo una señal a la maquilladora para que terminase.

En menos de dos minutos, después de tener revoloteando gente a su alrededor desde hacía una hora, estaba sólo. Los tres cámaras y él se quedaron solos en el plató mientras los técnicos de luces seguían buscando la iluminación perfecta.

Por lo menos ahora tenía tranquilidad para repasar sus notas.

Y apenas pudo echarles un vistazo, a su izquierda oyó la voz de su asesor que discutía con la regidora antes de pasar sin su permiso. Mirando hacia atrás y con el índice levantado se acercó a su silla para decirle al oído.

-Malas noticias Charles. Hemos perdido los cuatro Estados del Sur.-

El joven vestido con un impecable traje azul de doble bolsillo, se quedó pellizcándose el labio superior mientras esperaba su reacción.

Cuando la joven regidora llegó a su altura para exigirle que saliera, éste volvió a levantar el índice. –un segundo, sólo un segundo… ¿señor?-

La cara de la muchacha estaba roja de rabia, pero, enseguida, comprendió que lo que le había contado había hecho cambiar el semblante del Senador. Ahora estaba totalmente relajado.
Cogiéndole del brazo para tranquilizarlo, le dijo. – gracias Martin, ahora haz caso y déjales hacer su trabajo.-

-Lo siento- fue lo único que pudo decir antes de salir del plató.

-¿Está bien, señor?-

-Por supuesto. Podemos empezar cuando quiera.-

La regidora volvió a tomar el mando y en los siguientes tres minutos, en los que no lo vio levantar ni una vez la cabeza de sus notas, todos estaban preparados para comenzar la entrevista.

Un murmullo comenzó a tomar fuerza al entrar en el plató la periodista Helen Grimbauer. La esbelta figura de la insidiosa entrevistadora de La NBC se abrió paso rápidamente entre el personal técnico hasta llegar a la altura del Senador Charles Rebel.

Y con ella llegó la fragancia de un sutil perfume a jazmines.

-Senador Rebel, soy Helen Grimbauer y quiero que sepa que estoy encantada de poder hacerle esta entrevista.-

<No lo puso en duda, ya que su secretaria no había dejado de llamarle a diario en los últimos tres meses>.

 – Es un placer – le dijo, mientras estrechaba su suave mano extendida.

-Quiero que sepa también, que acabo de enterarme que su partido ha perdido buena parte de los votos que esperaban desde el sur-

Su larga cabellera rubia y su forma de contonear su esbelto cuerpo, le hacían parecer más joven de lo que era, pero la experiencia delataba los años curtidos en cientos de batallas dialécticas con lo más granado de la nación, así fue que aprovechó el primer instante que tuvo para asestar el primer golpe al hígado, como los buenos púgiles, desarmando al contrario con una información que debía ser interna y exclusiva.

Mirándola directamente a sus bellos ojos grises intentó aguantar la primera envestida, al reconocer con una sonrisa.

-Espero que esa información no reste importancia a nuestra entrevista-

Cerrando los ojos y disfrazando una simulada sonrisa tomo asiento frente al Senador para que los técnicos comenzaran a colocarle el micro, momento que aprovechó la maquilladora para retocar el contorno de sus sonrojadas mejillas de sureña. 

Entre ella y yo (poema)

Entre ella y yo
Los ríos se desbordan
Las puertas estorban
Y suena una canción
Hay barrancos y puentes
Cicatrices dolientes
Y una ingente pasión

Entre ella y yo
Hay lágrimas y risas
Cataratas sin prisas
Y un espectro sin voz
Hay imán y hay rechazo
Despedidas y abrazos
Y un punzante temor

Entre ella y yo
Cruzan palomas y cuervos
Y hay mares eternos
Como auroras sin color
Hay susurros y gritos
Y un espacio infinito
Donde escribir nuestro amor

viernes, 28 de marzo de 2014

Una extraña pasó (poema)

La seguí con la mirada dos o tres calles
Y con el pensamiento, otras tantas más
Su pelo rubio al viento, y su estrecho talle
Me dejaron boquiabierto, dicho sea por demás

con el paso de los días, la busco entre la gente
sin lograr poder verla, su recuerdo sigue ahí
aquella hermosa silueta se ha anclado ya en mi mente
y en mis sueños me pregunto, ¿qué habrá sido de ti?

Si tienes pareja o si trabajas ¿dónde?
¿Cómo será tu voz y porque no regresas por aquí?
¿Qué será lo que tú enigmática figura esconde?
Y, pueril y ridículamente, ¿por qué te has olvidado de mí?

No puedo callarlo (poema)

Los días pasan y pasan
Los abrazos han sido olvidados
Tus ojos arrojan unas lanzas
que acuchillan lo acopiado

Los días se agotan y agotan
Los silencios se apoderan del aire
Desafinadas las almas se notan
En espera del siguiente desaire

Las noches se pierden y pierden
otros besos no calman la pena
La cama ya ni el calor retiene
Se han helado todas mis venas

Las noches se olvidan y olvidan
Las retinas duermen vacías
El olvido se acurruca en la cama
Tus palabras ya no son las mías

Las madrugadas son duras, tan duras
Tu olor de la cama resiste inmutable
El ensueño te regresa a mis brazos
Nadie puede obligar a que mi corazón calle

Bailan las musas (poema)

La pluma temblorosa casi toca el papel
Mientras las musas se te esconden
Y tu mente juega con ellas, en su captura
Impasible, la estéril hoja, espera la orden

Revolotean divagadas hasta que las atrapas
Y la mano gobierna la pluma, otra vez
Combinadas las letras, se acompasan
Y tu mundo vuelven del revés

Ansiosas, rellenan y comparten un espacio
Que las mata y hacen vivir un fragmento
El rato que tu mente respira y crea
Agitada, en un bullir violento

Liberadas, las musas bailan con frenesí
Mientras la estrofa se compone
Afanadas, al borde del acantilado
Les exijo más y más, que Dios me perdone

Y la hoja asume un importante papel
Donde retiene la inspiración con fuerza
Siendo una cárcel para todas las letras
Y el pedestal donde su vida comienza

¿Que sonidos no me gustan? (poema)

¿Qué sonidos no me gustan?

La ignición de un misil
Las campanas llamando a muerto
El silencio en la tormenta
El tragar de saliva de un sargento

Un quebrar de huesos
El sollozo por un tormento
La celda cuando se cierra
El estómago de un hambriento

La risa del poder
Las sirenas en la noche
El aullar de un perro
O la amargura de un reproche

Y todos aquellos que cuando los escuchas, mueres un poco.

La noche ampara (poema)

Acaba la tarde clara y dulce
Y el aquel jilguero alegre trina
El tardío frío cruel se aproxima
A helar el bosque que a todos seduce


Mil raídas, rozan sus ramas
Los árboles que antaño reinaron
Con el fervor que a tantos cobijaron
Hasta quedar secas sus ganas


Y atenazado el jilguero inexorable tirita
Entre el impuesto claro y la sombría noche
Muerta la mano que otrora fue broche
La vida del bosque ceñuda se irrita


De espacios vacíos, zonas para amar
Aquellos animales que sobreviven ocultos
Reunidos a la fuerza, irrumpen convulsos
Olvidando al predador que viene a cazar


Se acerca la noche a acogerlos de nuevo
Donde el claro día los desprotege
Cobijo que asusta y a la vez guarece
Con sus helados dedos y el calor de su credo

Soy del montón bueno (poema)

Soy del montón bueno
A ratos mente, a ratos cuerpo 
Soy lastre, espacio y ala
último pez en el cieno
Simple brizna a la deriva
Caminante de espaldas
Soy lanza, flecha y diana
Sin miedo a las esquinas
A veces hombre, a veces niño
Barco en la isla solitaria
Soy el ruido del grillo
Y del frío, la montaña
Soy de un tiempo en blanco y negro
Un adiós desde lejos
Un simple experimento
Soy de ver lo que siento
El escudo olvidado en la batalla
De mirarse en el extremo
Diminuto en mi atalaya
Soy del montón bueno

jueves, 27 de marzo de 2014

Quisiera (poema)

Quisiera sentir su enésima mirada
La que apuñaló mi joven corazón
Jaula dorada y a la vez ventana
En contrapunto al calor del sol

Quisiera escuchar su sincera carcajada
La que dio tanta vida y el camino iluminó
Escudo de seda que paró tantas balas
Placebo soldado que abatía el dolor

Quisiera poder rozarle la espalda
Su suave piel de confortable pudor
La que sufriéndolo todo mi mano calmaba
Sensual estampa a la luz del amor

Quiera entender quien mandó llamarla
Cuando todo tenía y estaba en flor
Envidioso del suelo que ella pisaba
Y sin poder despedirme, me la arrebató

miércoles, 26 de marzo de 2014

Dime dónde? (poema)

Dónde volveré a encontrarme tu sonrisa
La que tanto sosegó mis mudas prisas
Dime donde….   
…Dime donde

Dónde encontraré otros ojos grises
Que sanen con mirar, mis tantas cicatrices
Dime donde….   
…Dime donde

Dónde renovaré mi abatido aliento
Y expresar sin recelos los miedos que siento
Dime donde….   
…Dime donde

Dónde miraré cuando tenga dudas
y mi voz sin tus respuestas quede muda
Dime donde….   
…Dime donde

Dime dónde podré encontrarte
Si me pierdo, si me desvío
Cómo debo llamarte
Cuándo tu alma se pierda en el espacio frío

Una vez estuve tentado (poema)

Una vez estuve tentado
Mi alma ansiaba respuestas
Que mis penas acallaran
Por tu más que saciada indolencia

Y hacia allí guié mis pasos
Taciturno y contrariado
Enojoso con el mundo
sintiéndome maltratado

Donde en el cruce de caminos
Solitario y polvoriento
Me esperaba aquel contrato
Que me liberara como el viento

Donde nadie pudiera pararme
De tirar de mi propia galera
Y allí firmaría mi suerte
Que alejara mi tensa condena

Una vez estuve tentado
Mi alma ansiaba respuestas
Pero recordé cuanto te amo
Y temblaron mis manos, de pena

Aquel puente sobre el río (poema)

Aquel puente sobre el río
Imberbe al paso del tiempo
Aquel que lánguido y frío
Fue custodio de amores inciertos

Acariciado por las serenas aguas
Y azotado a razón del viento
Aquel que coleccionó las miradas
Y acarició tantos momentos

De secretos el aliado perfecto
Aquel de mil rodillas hincadas
De traspaso de anillos prefecto
Y millones de lágrimas desamadas

Antaño surgido por la necesidad
De llegar cada vez más lejano
Aquel que guió la brutalidad
Nos arrulla ahora en su mano

Tribuna incansable de amantes
Aquel escenario de grandes recuerdos
Sucumbiendo a la más bella de las artes
Vivirá hasta el fin de los tiempos

Ese bello lugar escondido
Otrora admirable, ahora sólo mío
De privados encuentros recorrido
Aquel puente sobre el río

Si los días fueran míos (poema reflexivo)

Si los días fueran míos
Rompería las ventanas
De castillos y palacios
Para verles bien las caras

Si los días fueran míos
Aprovecharía mejor el fuego
Y que inquisidor arrasara
Las pertenencias del clero

Si los días fueran míos
Si los días fueran míos
Compraría más domingos
y a los ricos más ombligos

Si los días fueran míos
y todo se pudiera negociar
Fundiría los misiles
Y a los pobres daría de cenar

Si los días fueran míos
Y la razón a nadie excuse
Rompería las cabezas
Al que el sueldo se insufle

Si los días fueran míos
Si los días fueran míos
Compraría más domingos
Y a los jefes más registros

Si los días fueran míos
Compraría un mar de seda
Para poder estar contigo
A la luz de las hogueras

Si los días fueran míos
Y los hijos los de otro
Estaría más contigo
Y volver a hacerlos poco a poco

Si los días fueran míos
Si los días fueran míos
Compraría más domingos
Y los pasaría contigo

"JUSTICIA" Prólogo de un relato en ciernes.

PRÓLOGO

Recuerdo oír hablar a mi abuelo sobre los motivos que llevaron a que los hermanos Mooler fueran ajusticiados ante todos los habitantes de Dessert Town.

De pie, junto a un enorme fuego, delante de casi toda su familia que pasábamos los veranos en su casa del lago Nok, nos contó cómo sucedieron los acontecimientos anteriores a su definitiva captura.

El relato apenas duró tres noches, las primeras tres noches del verano de 1970, pero para mí ocupó todos y cada uno de los días de aquellas vacaciones. Cada tarde, a su regreso de la dura jornada de pesca diaria, cuando se sentaba delante del porche a fumar su enigmática pipa de barro, era donde yo aprovechaba para preguntarle por algún detalle que, creía, había pasado sólo muy por encima.

Estoy convencido de que a él también le agradaba que yo me hubiera dado cuenta de esas omisiones realizadas, con total seguridad, para no asustar a mis dos hermanas pequeñas, Rachel y Corin.

Nadie más advirtió la enorme carga emocional que sufría al contarnos lo que había sucedido 30 años atrás, la cual había vivido en primera persona. Sus gestos, las pausas para tomar unas bocanadas de un aire que parecía faltarle, las enjugadas lágrimas que brotaron al acabar la historia y, por supuesto, las furtivas miradas hacia la montaña donde comenzó todo.

Aún siendo el padre de mi padre, yo mismo estuve más cerca de él ese verano, que su propio hijo. Nunca, después de esas largas vacaciones, me he sentido interesado por algo de aquella forma tan intensa. Mi afición por escribir historias comenzó aquel extraño y lluvioso verano, y desde entonces no me había atrevido a intentar plasmarla en una hoja de papel. Y si no hubiera fallecido mi padre hace cinco días seguramente permanecería solamente aún en mi memoria. 

Que extraña mañana (poema)

Que extraña mañana
Exenta de olores
De grises colores
Y cerradas ventanas

Que extraña y que fría
De sueño violento
Calmado silencio
Y belleza sombría

Que extraño momento
Tú lado vacío
Nervioso me río
Reclamo más tiempo

Que extraña y que vana
No recuerdo el instante
Sólo dos amantes
Que simplemente se aman

Que extraño me siento
No sé donde has ido
Tu carta he leído
Hace tan sólo un momento

Es la noche (poema)

A la noche
Oscura y penetrante
Es la noche
Contexto de los amantes
Fuente de los miedos
Orfebre de los sueños
Fría y tensa es la noche

A la noche
Abrumadora y silenciosa
Es la noche
Fiel amante vanidosa
De luz contaminada
Soslayando la alborada
Negra y triste es la noche

A la noche
Inquietante y ahogada
Es la noche
De súplicas abnegada
Almadraba de amores
Recordatorio de temores
Cruel amiga es la noche

A la noche
Compañera y enemiga
Es la noche
Cobijo de partidas
Escenario de la luna
Compromiso que se esfuma
Afligida y radiante es la noche

A la noche, caprichosa
Es la noche, bien hermosa
Todo y nada es la noche

Tu copa (poema)

Esa es la copa
La que aún guarda la esencia de tu boca
La que me hace sentir idiota
Por no saberte comprender

Que tristemente guardo
Observándola de vez en cuando
Hasta volver a hacerme daño
Por dejarte desaparecer

La que conserva tú carmín
Impreso, sin querer dejarte ir
A sabiendas de lo ello me hace sentir
Por no olvidarte, mujer

La que he querido destrozar
Tantas veces como me he sentido ahogar
Calmándome la vida, y frenar
Por quebrar tú querer

La que guardaré siempre
Hasta que llegue la muerte
O el día en que se torne en mi la suerte

Y una vez más poder beber de tú copa

Diez años dormido (poema)

La brillante luz de la mañana
Golpeó insistente mis desnudos pies
Llamándome suave, trémula y temprana
Como la mano amiga que un día albergué

Incipiente ante mis ojos
Cerrados como la muerte
Desoyendo mis terribles enojos
Del hastiado devenir de mi mala suerte

Iluminando unas borrosas caras
Tan nítidas en mis recuerdos
Sonrientemente llorosas y cansadas
Tras diez largos años de sufridos anhelos

Y volvieron mis ojos a cerrarse
Intentando recobrar la conocida seguridad
De un soslayado mundo creado aparte
Temeroso de creer que era verdad

Diez terribles años de fríos sueños
De rumores de voces que enfurecían
De sombras veladas tras mis empeños
Anhelando que llegara la luz del día

La incansable luz de la mañana
Calentó insistente mis desnudos pies
Llamándome cariñosa desde la ventana
Como el tierno y maternal amor de una joven mujer

¡Ah!... de conocerse el futuro (poema)

Ah, si se pudiera huir
De lo ingrato y lo perverso
Correría hasta rendir
A los brazos del afecto

Ah, si el mundo quisiera más
Y no pudiéramos cumplir
Sangre eterna se verá
Siempre roja cual rubí


Ah, de esas palabras
Escondidas cual tesoro
Suspendidas en la nada
Amargamente, añoro

Ah, si la vida nos apartara
Cuando el sol se desvanece
Ríos inmensos nos llenara
De negruras permanentes

Ah, si se conociera el futuro
Cual madre a su retoño
¿Seguirían siendo puros
Y renovados los otoños?

Ah, si el amor fuera espejo
De la enorme y simple pasión
Mostrándonos su fiel reflejo
Cara y cruz del verbo amor

Ah, si tú mirada fuese mía
Cada mañana al abrir los ojos
Al romper la luz del día
Cejarían mis enojos

Ah, de ver la paz venir
Como llega un bebé al mundo
Suspirando por latir
Simplemente, pero rotundo

Ah, de llegado el momento
Y en el cruce de caminos
Firmaré por ver mi cuerpo

Vagando al aire y ser destino

Mi mundo (poema)


Una gota de rocío en la ventana
La vieja lámpara de aceite emite calor
Una prenda olvidada bajo la cama
Y la gata en mis rodillas pide amor

Los soldados en la repisa urden tramas
Los motivos en la pared me dan pavor
La gata entre mis manos se amilana
Mientras, la gota de rocío desapareció

Un lápiz sobre varios folios ya descansa
Junto al libro que le ha dado la razón
Un avión cuelga del techo por una tanza
Olvidada la joven gatita me arañó

Me balanceo con la silla junto a la cama
Los pies descalzos tengo en el aparador
El viejo cuadro de los perros me da calma
Y el payaso en la cesta aguanta el sopor

Los Rolling, en el tocadiscos, entonan sus soflamas
El viejo tren, en la maqueta, continúa en la estación
Vuelvo a escuchar a mi madre que me llama
Quiere que salga del mundo de mi habitación

martes, 25 de marzo de 2014

Ya el calor de tu voz siento cerca (poema)

Viene procurando el amante
Sentencias de una mar brava
Que apremian algo divino
Y a su amor rendido caiga

Y viene alegre como los vientos
Gozoso hasta sus faldas
Como las brisas ganan la arena
Sus ojos brillando de ganas

Ya el rumor de sus labios escucha
Partir como el ave marina
Clamando la miel tan cercana
Y un escalofrío que le domina

Amor, amor, ya estoy cerca
Ya te traigo la espuma empapada
De una ola crecida en la playa
Que a tus besos entregue calmada

Amor, amor, ya te veo
Mis ojos por fin ya te abrazan
Llorando con nuevos deseos
Como lloran los ríos las montañas

Ya tú piel me alivia y me sana
Y el calor de tu voz siento cerca
Ya la mar dejaré tras de mi
Y la raíz de nuestro amor se haga siembra

Un involuntario viaje lleno de esperanzas (relato corto - rimado)

La reseca hoja pierde su anclaje
Incitada en manos de una brisa constante
No se despide, su viaje da comienzo
En un fulgurante girar sempiterno y delirante 

La reseca hoja se deja a su suerte
Su exenta voluntad nada le permite
Se deja llevar, confiada y valiente
Que decida el viento donde la remite

La reseca hoja se aferra al destino
Elevada incluso por encima del bosque
Donde comulgó con su simple belleza
Y de tal hermosura fue tan sólo una parte

La reseca hoja planea tranquila
Girando sin prisa donde la lleven
No tiene motivos para impacientarse
Su obligado viaje disfrutarlo quiere

La reseca hoja ahora tiene un deseo
Y mientras rueda y rueda, piensa en ello
Quisiera caer dentro el agua
Y que su viaje sea lo más largo y bello

La reseca hoja suerte no ha tenido
Y cae grácil dentro de un nido
Donde mamá águila criará a sus hijos
Dándoles protección y fiel cobijo

La reseca hoja no está triste
Ahora vivirá en una casa grande
Construida toda por el amor
De la impertérrita naturaleza del ave

La reseca hoja vuelve a elevarse
No se lo cree, y empieza a excitarse
Pegada a la pata de la futura madre
Podría cumplir su sueño, quién sabe

La reseca hoja ya ve el agua
Y directa se dirige como en un sueño
Pues esa madre ha visto su comida
Serpenteando entre los reflejos ya tiene dueño

La húmeda hoja está feliz
Ha llegado al fin donde había soñado
Su impotente viaje, lleno de quimeras
No admitía llantos, tan sólo esperas.

CUALQUIER INVOLUNTARIO VIAJE ESTARÁ SIEMPRE LLENO DE ESPERANZAS.....

lunes, 24 de marzo de 2014

Hay camino, hay vida (poema)


Que los días son muy cortos,
Para pasarlos ensimismada.
Que los días son tan bonitos,
Para perderse otra alborada.

Que el camino es muy duro,
Para recorrerlo distraída.
Que el camino es tan injusto,
Para entretenerse en las heridas.

¡Ay camino! que llenas una vida
¡Ay camino! que escondes tú razón
¡Ay camino! de noche y de día
¡Ay camino!, que distraes al corazón

Que los sueños son muy bellos,
Para olvidarlos en la mañana.
Que los sueños están tan lejos,
Para alcanzarlos desde tu cama.

Que la vida en muy valiosa,
Para encerrarla en un cajón.
Que la vida, como cualquier cosa,
Te da vida..., y no la razón.

Comentario sobre "MEMORIAS DE UNA GEISHA"

Ayer volví a ver MEMORIAS DE UNA GEISHA, película de 2005, adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Arthur Golden (1997).

Fiel reflejo de la vida, simple y esforzada, de unas criaturas obligadas a destinar su existencia a cumplir las necesidades, más mórbidas, de hombres relevantes japoneses. Relegadas a un segundo plano, donde ofrecer gestos y conversaciones interesadas que alimentan los egos de sus requeridores.

La crueldad del relato recae en como nos enseña la parte menos conocida de estas esclavizadas servidoras públicas.Y de sus batallas internas y ocultas por no ser destruidas por otras Geishas.

Y la belleza de esta cinta, en la poesía de su relato con la en voz en off de su protagonista.

Inmejorable fotografía y escenarios, internos y en exteriores.

No os la podéis perder.

Un saludo.

Invitación

Hola, quisiera saludar a quienes sigan éste blog e invitarles a comentar cualquiera de los relatos, poemas o sugerencias hechas por mi.
Sería un honor leer vuestros comentarios, y así poder tener una perspectiva diferente sobre cada uno de ellos.
Saludos amigos.

Mi sincera respuesta (poema)

No tengo edad
Ni miedo al paso del tiempo
Sólo quiero saber vivir
A mi paso y bien atento

No tengo estación
Ni ganas de buscar el sol
La vida se abre camino
Nunca espero escuchar el Gon

No tengo espacio
Ni siento remordimientos
Lo que hice lo asumo
Ya pediré perdón al viento

No tengo canción
La vida llené de recuerdos
Tengo al día los diarios
Continúo conjugando los verbos

No tengo edad
No tengo estación
No tengo espacio
Tampoco canción

Aún te siento (poema)

Aquella arena donde perdiste tus lágrimas
El frío viento que se llevo tu suplicado llanto
Las viejas botas que desandaron el camino
La cálida colcha que nunca te sirvió de manto

Aquella canción que siempre te ahogaba
La joven gata que escuchaba tus sueños
El oscuro rincón donde todo tuvimos
En mundo tan grande que se te ha vuelto pequeño

La casa, a veces, devuelve tu risa loca
El olor de tu cuerpo siento al abrir las ventanas
Y tu calcetín perdido bajo el calor de la cama
Me dicen que de ti aún tengo ganas

Dudas (poema)

Marea rabiosa y viento del Norte,
mantenme la mano y ayúdame a buscar,
cuando empapes mi cara y encuentre soporte,
mis sentimientos hundidos en el fondo del mar.

Desidia y anhelo,
es un corazón atenuado,
valorado de pleno,
esquivado y cansado,
sufrir de alegría,
y risas nerviosas,
saber lo que habría,
o perderte las cosas.

Todo camino a elegir entraña dudas y esperanza,
partiendo de un simple paso hacia lo desconocido,
donde las expectativas podrían animar tu confianza,
y los recelos quebrar lo que podría tener sentido.

To be or not to be (poema)

Perder o ganar, ¿propuesta o dilema?
En demasía valoro solventar este tema.

¿Saber distinguirlo cambiaría la escena?
La duda lo elude, pero siquiera lo frena.

¿La noche podría despejar esta pena?
Con gozo evitaba pagar la condena.

¿Tendré enquistada por siempre esta merma?
Ayuda reclamo, mi alma se quema.

Un sueño reparador (Relato corto)

“Todo comenzó al ser despedido como ayuda de cámara del patriarca de una rica familia que desde su ático, en un enorme hotel de lujo, lo estaban sacando de malas maneras acusándolo de robarles dinero. Él, por supuesto, se defendía de aquellas acusaciones a gritos pero nadie parecía querer hacerle caso. En la habitación, no menos de seis personas, le increpaban y empujaban hacía la salida en el Hall.

Ya fuera de la vivienda y a punto de llorar de rabia, se percató de que todas las puertas de las restantes habitaciones estaban abiertas y que desde ellas salían al hall muchísima gente.
Recordó que todas sus pertenecías estaban dentro del ático e intentó buscar ayuda, ya que sabía que no le dejarían volver a entrar después de haberle echado de aquella manera.

En un principio no se percató de lo familiar que eran todas y cada una de las personas con las que se encontraba, hasta que uno de ellos se plantó inmóvil ante él. Un chico joven con barba, gafas y con un reluciente uniforme militar. Apenas había comenzado a pedirle ayuda para recuperar sus cosas, agarrándolo incluso por la solapa, cuando de repente le reconoció como un antiguo compañero del ejército, quien le había pedido unos días antes de morir que le entregase una carta manuscrita a sus padres, carta que él había perdido cuando le hirieron, siéndole imposible entregar definitivamente aquella preciada misiva. No había sido culpa suya pero sentía remordimientos por ello y por no haber tenido fuerzas, después de salir del hospital, de enfrentarse a unos padres a los que comunicarle que había perdido aquel valioso mensaje de despedida.

Instintivamente no pudo más que repetir – Lo siento, lo siento, lo siento, mientras el chico le ponía una mano en el hombro en confirmación de su perdón antes de alejarse y subir en un ascensor que cerró sus puertas antes de que pudiera decir una palabra más.

Caminando hacia atrás, mirando como los números en la parte superior de la puerta corredera, indicaban su descenso por el edificio, continuó buscando ayuda.

Al doblar la esquina del pasillo, una jovencita rubia, esbelta, de bello rostro y con un traje de noche azul, le increpó efusivamente la falta de sutileza de la que había hecho gala dejándola abandonada en la fiesta de fin de curso, donde se suponía iban a dar la entrada al baile inicial.
Su rostro reflejó un inesperado asombro al percatarse que aquella chica era la pequeña Susan, La Susan de su instituto, a quien también había defraudado al no acompañar en su baile tan esperado y deseado y a la cual volvió a repetir. Lo siento, lo siento.

La chica, que volvió a corear la misma acción del joven militar, le perdonó y se alejó igualmente.
Por un instante su mente pareció centrarse entre todo aquella locura en la que parecía estar inmerso, hasta que al apartar un carrito con restos de una pantagruélica cena, se topó con el rostro de su mujer de frente, quien con la llave de su casa en la mano parecía entregarle su mejor pertenecía, como dejándole lo más preciado que había tenido nunca y como cediéndole la herencia de sus vidas.

Tal como había aparecido se había esfumado. Mirando a un lado y a otro, respirando rápidamente y con dificultad, recorrió lo más deprisa que pudo el pasillo como un loco enajenado, corriendo entre toda aquella gente conocida de su infancia, sus tiempos del colegio mayor, del servicio militar, incluso familiares ya fallecidos. Ya no se asombraba de reconocer hasta el chico de color que había recibido, por error y por su buena puntería, una enorme brecha, que en un principio iba dirigida al ladrón que asaltaba día si día no a Moises el frutero de su barrio.

Ya sin acordarse de las pertenecías que había dejado en aquella habitación donde había servido hasta unos instantes antes, se sentía mejor, se daba cuenta de lo que pretendían todas aquellas personas.Querían volver a darle una oportunidad y él quería aprovecharla, aunque lo que más necesitaba en ese momento era volver a encontrar de nuevo a su esposa.

Corriendo abstraído, pareció alcanzarla cuando a lo lejos vio a un chaval, un simple joven que como él había tenido la mala suerte de encontrase en el lugar equivocado en el momento más desafortunado. Reconoció su rostro al instante. Incluso su nombre. El cual repetía, una y otra vez, mientras lo perseguía por el largo hall. El chico se alejaba cada vez más, como temiendo la cercanía del perseguidor, como intentando alejarse de algo que temiera de verdad, el único de todos los que paseaban por el enorme pasillo que le quería evitar a toda costa. Y de repente al gritar su nombre lo más fuerte que pudo, se despertó – KIO -”.

Por siempre (poema)

-Mientras tu corazón dé un brinco al verla
-Hasta que recuerdes lo duro que era no tenerla
-Aunque los dedos no se rocen como antes
-Incluso si dejas que alguien sea más galante
-Si en el amanecer no son sus ojos lo primero que buscas
-Aún si lo que antes ni te sorprendía ahora te asusta

Y por más que esta lista tenga una línea siguiente
Estarás enamorado por siempre… por siempre

En estos días (poema)

En estos días
Que la sangre corre
El recuerdo borre
Y nos faltan guías

En estos días
Que la prisa aturde
El insigne aburre
Y las manos ya no son mías

En estos días
Que el amor se esconde
El amigo, ¿dónde?
Y las mentes tan frías

En estos días
Simples de locura
De fe insegura
Perdidas las vías
En estos días...
En estos días...

Hoy he vuelto a leer tu carta (poema)


He vuelto a leer tu última carta,
donde me explicas por qué te fuiste,
y he vuelto a sentir la malsana nostalgia,
de aquellos días de amor, que ahora son grises.

Las agujas han cambiado el sentido,
y el tiempo relega mis erráticos pasos,
de sentimientos enjaulados y rostro anodino,
donde tu amor reclamaba mis olvidados abrazos.

Recuerdo como te expresabas,
libre, ante nuestro insipiente mundo,
y siento ahora tus escritas palabras,
perder la voz de aquel sentir profundo.

No ha pasado tanto tiempo,
o ya no los cuento en días y noches,
solo espacio vacío, desde aquellos momentos,
en que el amor se abrigó con reproches.

Hoy he vuelto a leer tú última carta,
y quisiera contestarte a pesar del tiempo,
decirte que el corazón reviste una trampa,
que la mente esquiva adueñándose del cuerpo.

Nunca olvidaré tu rostro,
revivido solo con cerrar mis ojos.
Tu sonrisa, tú piel, o tus bellos sonrojos,
los guardaré por siempre, aunque yo los haya roto.

Los cerraré una vez más hoy,
para recordar lo que pudo ser.
Y aunque rabia tengo y pena me doy,
tu solo recuerdo compensa el ayer.

sábado, 22 de marzo de 2014

Esos espacios entre tus palabras (poema)

Como me gustaría entender
esos espacios entre tus palabras.
Cuanto me gustaría saber
de esos huecos y tus silencios,
los que tus ojos gritan
al centro de mi alma,
los que me hacen aborrecer
mi pobre entendimiento.
Esos que me hacen lucubrar
quebrando mi exigua calma.
Como me gustaría estar
en tu mente alguna vez 

Si pudiera lograr
atisbar esos entretiempos.
Saber si el amor ha dejado
tu corazón desfallecer.
Si quieres seguir luchando
una vida o un momento.
Poder entender
quién hubieras querido ser.
Que una carga sientes
llevar sobre tu cuerpo.
Que no es suficiente,
juntos, el camino recorrer

... Cuanto me gustaría escuchar
a tu corazón el amor defender

Mi luna (poema)

Dueña de las mareas
Y de los mas bellos ensueños
Musa que enigma e inspira
Y sencillamente nos dejas pequeños

Fría y estéril sigues observando
La evolución de hombres y mujeres
Atrapados por el misterio que creas
Aunque sólo de noche nos quieres

Tus cicatrices nos enseñas orgullosa
De rojo carmesí o gris plata
Transformando tus lados
Tu enigmática belleza nos atrapa

De tu lado más oscuro
Se ha escrito y se escribirá
Estímulo de mis largas noches
Y patrimonio de la humanidad

Novia que todos anhelan
Y de la que quieren ser los dueños
Te envían artefactos como presente
Yo sólo quiero tenerte en mis sueños

Luna que enamoras sin palabras
Que acaricias nuestro mar con tu reflejo
Gravita hermosa nuestras vidas
Que yo seguiré mirándome en tu espejo

jueves, 20 de marzo de 2014

Una vez pedí un deseo (poema)

Una vez pedí un deseo
A una estrella fugaz que pasaba
Levanté mis manos hacia el cielo
Y le rogué que tu cara asomara

Y rogué con todas mis fuerzas
Observando cuanto brillaba
Con mis manos hacia ella expuestas
Con las mismas que tu pelo enredaba

Y la estrella brilló por momentos
Observándome como las izaba
Y brilló con un tono violento
En el instante que más te lloraba

Y brilló todo un día completo
El mismo que yo te esperaba
Fulgurando como un enorme amuleto
Tan inmenso como lo eran mis ganas

Una vez pedí un deseo
A una estrella fugaz que pasaba
Y te envié muchos, muchos besos
Como aquellos, que un día me dabas
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Dedicado a mi madre MARÍA ELVIRA