miércoles, 30 de abril de 2014

Mañana, cuando solo sea viejo (Poema)

Hoy es mañana
El tiempo sólo es tiempo
Cruzado por momentos
A través de una ventana

Ayer fue hoy
Y su susurro se marchita
Las voces que me gritan
Recordarán quien soy

El pasado es presente
Y nada se esfuma
Ni la maldita bruma
Podrá borrar mi mente

Y el mañana está tan lejos
Que aún no lo recuerdo
Buscadme si me pierdo
Mañana, cuando solo sea viejo

Lo que solemos pensar (poema-reflexivo)

Solemos pensar que lo hemos dado todo
Que la botella en la mesa ha quedado vacía
Y tan lejano, un frío invierno, mientras tiritas
Descubres unas tristes gotas que aún contenía
Incapaz de doblegar al tiempo, ahora gritas
Sintiendo que es tarde para aliñar toda una vida

Solemos pensar que nunca se repetirá
Que el martillo al dedo no volverá a golpear
Pero tus ojos a la memoria le pedirán
Que permanezcas atento, y que no dejes de mirar
Esas señales que crees dejar tan atrás
Y si el pié se hunde, vuelve a caminar

Solemos pensar que todo es igual
Que amontonamos, como sacos, soledad
Que no hay nadie ahí fuera, que sea real
Sin embargo el martillo la botella romperá
Para quebrar tus silencios y darte la libertad
De pensar que no hay nada escrito, si hablamos de amar

martes, 29 de abril de 2014

Anoche llovieron estrellas (poema)


Anoche llovieron estrellas
Cayeron del cielo cientos de ellas
Y en el firmamento quedó tanta pena
Que recogerlas, será mi condena

Anoche, el cielo lloraba
Sentí como un nudo al ver que sufría
Galaxias enteras se marchitaban
Mirando a sus hijas, quitarse la vida

Anoche, fue noche sombría
Con cientos de ojos que lagrimeaban
Pensando en la fuerza que las atraía
Y el dolor sempiterno de quien las amaba

Anoche, tuve una pesadilla
En ella mis manos de estrellas llenaba
No fue agradable sentir que perdía
Tan sólo una, sin poder atraparla

Anoche llovieron estrellas
O así lo sentí, aunque sólo fueron mis lágrimas

Quizás sea la última vez (poema)

Quizás sea la última vez que nos hablemos
Triste parto, aunque mi ánimo no quiera
En la maleta metí ya mis huesos
y en el viejo andén un tren me espera

Quizás sea la última vez que nos veamos
Tus ojos ya no me responden
En la casa dejo el desánimo
Y en la maleta nuestro amado desorden

Quizás sea la última vez que nos amemos
El calor de nuestra cama he encerrado en un sobre
Las sábanas, la almohada y algunos cabellos
Calmarán el deseo cuando tú ya me ignores

Quizás sea la última vez que me recuerdes
En el andén no habrá despedida
Te he dejado la flor, que ya no cabía
Sólo he dejado un hueco para recordar a una amiga





viernes, 25 de abril de 2014

Mis cuatro estaciones (poema-reflexión)


Cuando llegue la primavera
Y la paleta muestre el pintor
Se alzará el bejuco en la piedra
Negociando un nuevo verdor

Y de aromas hablaremos
Luchando por ser el mejor
Y a los pájaros envidiaremos
Volar alto y cantar a su amor

Cuando llegue el verano
Y el infierno padezca calor
Volverá el berreo del gamo
Y los niños jugarán bajo el sol

Sortilegios a la luz de la luna
Alboradas de bello fulgor
Reencuentros que nos acunan
Y mirarás a los ojos al amor

Cuando llegue el otoño
Y se calme el candor del estío
Resecarán las ramas tus demonios
Y partirán tus hojas al río

El polvo del viaje teñirá tus canas
La razón calmará tus sentidos
Reirás recordando batallas
Y en su mirada verás al amigo

Cuando llegue el invierno
Y la nieve se vuelva inmortal
Doblarás por fin los cuadernos
De los días que no volverán

La fría bruma será fiel cobijo
Aliado llamarás al dolor
Los recuerdos serán como hijos
Y en su pálida mano apoyarás tu amor

jueves, 24 de abril de 2014

Cuenta conmigo (poema)

Cuenta conmigo
Cuando no te llegue luz
O la veas sólo a ratos
Y giraré tu cara al sur
Donde no lleguen chubascos
Cuenta conmigo
Mis manos quieren tocarte
Siente su inmenso calor
Sólo quieren abrazarte
Cuenta conmigo
En la mañana, tarde o noche
Cuando todo se desplome
Y el corazón parezca un broche
Cuenta conmigo
No esquives la mirada
El silencio no tiene amigos
Si al final no les das nada
Cuenta conmigo
¿no ves lo que te ofrezco?
Yo en la luna tengo el tope
Y aunque sólo quede un bote
Aferrado al remo yo amanezco
Cuenta conmigo
Comparte el sufrimiento
De eso viven nuestros sueños
Mientras no los deje hambrientos
Cuenta conmigo
El dolor es sólo un freno
Una piedra bajo la rueda
Que aparto cuando quiero
Cuenta conmigo
No lo dudes, aquí estoy
Pero nunca verás lo que te doy
Sin antes no cuentas contigo.

miércoles, 23 de abril de 2014

Quién nos llama desde el otro lado (poema)

Quién nos llama desde el otro lado
Quién remueve, quién mantiene
El tenso hilo de nuestro pasado 
Paralelo camino de toda una vida
Agridulce sensación de regustillo maldito
Sacándole los dientes a tu fría esquiva

Como el humo de un cigarro
De efímera compañía
Dejando un denso olor en tu regazo 
Quién, el ancla sostiene
Tirando en la dirección equivocada
Guardián de lo que más temes

Como la olvidada fotografía
Encontrada a destiempo
De agobiante dolor o triste alegría 
Cruzando incluso los puentes
Destruidos por tu memoria
Quebrando tu paciencia, reabriendo frentes

Quién no te deja ir
Y cruzar la última frontera
Quién siempre el hilo recupera
Y no quiere dejarte morir

martes, 22 de abril de 2014

Leyendas (relato-rimado)

Desde siete caminos distintos,
salvando aldeas desparramadas,
los siete jinetes malditos,
se dirigen a la cima encantada.

La suerte los encamina hacia la cumbre,
donde les espera una engañosa sorpresa,
que aportará a todas sus dudas lumbre,
y donde tan sólo uno cumplirá su promesa.

El Bando Real aún estaba expuesto,
en todas las Plazas mayores del reino,
buscando al mas valeroso y apuesto,
que a su Majestad diera un nieto con apremio.

Pocos kilómetros faltaban,
para llegar a la “Cima del fuego”,
donde el poderoso Dragón esperaba,
afilando sus garras con celo.

De los siete sólo atravesaron dos,
la muralla donde la bestia se agazapaba,
el miedo pudo más que el amor,
forzándoles a batir en retirada.

Ambos rivales acometiendo con valor,
al Dragón intentaban sacar de su cueva,
uno luchaba por su amor,
el otro por lo que el reinado conlleva.

Siendo la fuerza el poder,
que, aún, el viejo monstruo guardaba,
armados intentaban desproteger,
a la bestia de su consolidada morada.

Tras horas de lucha encarnizada,
entre escombros, lanzas y llamaradas,
el joven amante contra ambos luchaba,
mermando unas fuerzas necesitadas

Cuando la lanza de su rival su brazo atravesó,
distraído por la cercanía de la bestia,
nervio, al recuerdo de su amada imploró,
para acabar triunfante dicha gesta.

Desde la altiva torre, y preocupada,
la princesa su plegaría escuchó,
rezando con fuerzas y entregada,
todo su amor a la cima envió.

Desde la majestuosa atalaya observó,
los resplandores que la lucha emitía,
hasta que refulgencia, súbita, desapareció,
y a la espera, su alma quedó baldía.

Todos los pueblos del pequeño reino,
celebraron el final del desafío,
con cánticos alegres y aún con el temor,
de ver aparecer a quien les producía tanto hastío.

Un solitario caballo blanco asomó,
entre la bruma reinante en palacio,
más del Rey su sonrisa se apagó,
por no ver recompensado su presagio.

Muchos años pasaron desde aquel día,
donde muchas canciones y versos se crearan,
sobre aquel Rey que tan sólo quería,
un alegre nieto que su vejez acompasara.

Nunca se supo en verdad que sucedió,
de quien fue, realmente, muerto por quien
más aquella cumbre en mágica se convirtió,
y en inolvidable épica leyenda los tres.

Garoé (poema) Recomiendo la novela del mismo nombre de: ALBERTO VAZQUEZ FIGUEROA

En pie durante siglos estuvo
Guardado su más fiel secreto
Que a los isleños siempre mantuvo
A salvo del feroz clima al acecho

Erguido capturó de la bruma
Las gotas de rocío más puras
Paciente recogiendo la suma
Que guardaba en su honda negrura

En lo más alto de la isla agraciada
Una Ley sobre él se dictó
Que prohibía desvelar su morada
Y a sus habitantes guardianes se les nombró

Encontrarlo muchos viajeros quisieron
Anhelando el agua más pura
Sólo piedras proyectadas obtuvieron
Lanzadas para enmendar dicha locura

Una Tempestad maldita arrancó
Su enorme tronco longevo
Y tristeza inaudita provocó
En unos isleños que perdían su credo

Alto, bello, fuerte y protector
No fue lo único que llegó a ser
De veranos ardientes fue salvador
Y de los herreños, la leyenda “GAROÉ”


Ya viene (poema)

Los fríos aparecen ya por el este
Las entrañas tiemblan heladas
El agua tocó ya las puertas
Que su llegada nos señala

Las aves olvidaron despedirse
Presa de la soledad quedamos
Y el sol negocia retirada
En nuestros rostros confiamos

Se oyen truenos desde lejos
Apoderándose del camino
Nerviosos los ojos se agitan
De apoyos valientes sufrimos

Un olor extraño nos rodea
Creando el escenario perfecto
Un nudo en el vientre se aprieta
Se niega también nuestro pecho

Sufre estremecida la firmeza
De un recelo que le aterra
Ya ni el vendaval ni la tormenta
Ahora lo que acecha es la Guerra

La noche ampara (poema)

Acaba la tarde clara y dulce
Y el aquel jilguero alegre trina
El tardío frío cruel se aproxima
A helar el bosque que a todos seduce

Mil raídas, rozan sus ramas 
Los árboles que antaño reinaron
Con el fervor que a tantos cobijaron
Hasta quedar secas sus ganas

Y atenazado el jilguero inexorable tirita
Entre el impuesto claro y la sombría noche
Muerta la mano que otrora fue broche
La vida del bosque ceñuda se irrita

De espacios vacíos, zonas para amar
Aquellos animales que sobreviven ocultos
Reunidos a la fuerza, irrumpen convulsos
Olvidando al predador que viene a cazar

Se acerca la noche a acogerlos de nuevo
Donde el claro día los desprotege
Cobijo que asusta y a la vez les guarece
Con sus helados dedos y el calor de su credo

lunes, 21 de abril de 2014

Mi simple adiós (poema)

No quiero cirios
Tarjetas, ni rosas
Ni palabras simples
O lágrimas maliciosas
No quiero discursos
ni caras descompuestas
ni Curas que estorben
ni voces que agradezcan

No quiero tristezas
Coronas, ni besos
Ni vigilia dormitada
O pedestales de atrezzo
No quiero algodones
Cocidos, ni gomina
Ni zapatos nuevos
O sedas muy finas

Sólo quiero llevarme
lo que al nacer yo traje
Y sentir que regreso limpio
Al inicio del viaje
Mi cuerpo desnudo
Y mi cerebro repleto
El alma con que amé
Y un adiós muy discreto

De verde y plata (poema)

Mi alegre yegua
Fiel superviviente
De verde y plata
Osada y muy valiente

Mi primera bicicleta
Estaba llena de arañazos
De  verde y plata
Y ceñuda para mis brazos

Nunca puso excusas
Nunca se quebró
De verde y plata
Siempre me animó

De carreras siempre ansiosa
Animosa y eternamente a punto
De verde y plata
A todos lados íbamos juntos

El corcel de mis batallas
Hasta conseguir la anilla
De verde y plata
Lustrosa maravilla

Con ella subí montañas
También volé cometas
Gravé mis primeras cicatrices
Y conseguí cruzar la meta

De verde y plata
De verde y plata

miércoles, 16 de abril de 2014

La noche del esclavo (poema)

Invariablemente llega en la noche
Al amparo de la sombría oscuridad
Cuando nadie le oye
Y sólo acompaña la desesperante soledad

Cuando revientan las lágrimas,
El indulgente dolor y la pena
Mirando sin rumbo al vacío
Y espera respuesta su condena

Esa que nunca llega
La que responde sólo con el látigo
Quebrando la carne de sus hombros
La que tolera ya ausente y apático

¿Es acaso su piel su prisión?
¿la que hace su alma atenazar?
¿la que atemoriza tanto a los blancos?
¿por la que el esclavo, de noche, rompe a llorar?

Al infierno todos juntos (poema-reflexivo)


Esos rostros ungidos de lágrimas,
desprovistos de futuro,
cabizbajos, inseguros,
vagando sin destino.
¿cómo los podría calmar?
¿cómo revivir su indulgencia?
moradores de su ausencia,
apartados del camino.

Esas almas contrariadas,
acalladas entre la multitud,
que quebrada su virtud,
han olvidado sus sentidos.
¿cómo avivar su fortaleza?
¿Cómo retener sus ilusiones?
para que no les abandonen,
ni se sientan tan perdidos.

Quisiera tantas respuestas,
quisiera tanta humanidad.
quisiera conocer la verdad
Y no estar tan afligido.
¿No cabemos ya en la tierra?
¿No hay suficiente comida?
¿Son tan grandes las heridas?
¿O es que el mundo se ha podrido?

Sólo tengo mil preguntas,
y ni una maldita repuesta.
Pues abramos en par la puertas,
y al infierno todos juntos.

Fue ayer (poema)

Ayer, quiso quedarse y no pudo
Armado de historias mundanas
Insistente, voraz, tozudo
Lanzando soflamas, abriendo ventanas
Fue ayer

Ayer, siguió el etéreo camino
De miles de muertos
Donde otros nacimos
Con recelos hambrientos, amores inciertos
Fue ayer

Ayer, sólo duró un día
Doblegado se dejó llevar
Llenó páginas de alegría
Y otras tristezas que no pudo calmar
Fue ayer

Fue ayer y no volverá

Donde sacio mi sed (poema)

Si me pudiera describir
Si pudiera expresar tranquilo
Qué dibuja mi corazón
O cómo disfruto yo del camino

Qué me ofrecen las palabras
Cómo observo un retrato
Dónde busco tranquilidad
O por qué vivo sólo a ratos

Si me pudiera descubrir
Tan libre como es mi alma
O el lugar que me hace sentir
Dueño de mi propia calma

Dónde albergo yo los miedos
Qué repudio hasta enloquecer
Cómo mis ojos dan la razón
O a dónde insisto en volver

Si pudiera describir
Cuánto veo en tus ojos
Diría que veo un mar
Donde saciar mi sed de todo

Un involuntario viaje lleno de esperanzas (relato-rimado)

La reseca hoja pierde su anclaje
Incitada en manos de una brisa constante
No se despide, su viaje da comienzo
En un fulgurante girar sempiterno y delirante 

La reseca hoja se deja a su suerte
Su exenta voluntad nada le permite
Se deja llevar, confiada y valiente
Que decida el viento donde la remite

La reseca hoja se aferra al destino
Elevada incluso por encima del bosque
Donde comulgó con su simple belleza
Y de tal hermosura fue tan sólo una parte

La reseca hoja planea tranquila
Girando sin prisa donde la lleven
No tiene motivos para impacientarse
Su obligado viaje disfrutarlo quiere

La reseca hoja ahora tiene un deseo
Y mientras rueda y rueda, piensa en ello
Quisiera caer dentro el agua
Y que su viaje sea lo más largo y bello

La reseca hoja suerte no ha tenido
Y cae grácil dentro de un nido
Donde mamá águila criará a sus hijos
Dándoles protección y fiel cobijo

La reseca hoja no está triste
Ahora vivirá en una casa grande
Construida toda por el amor
De la impertérrita naturaleza del ave

La reseca hoja vuelve a elevarse
No se lo cree, y empieza a excitarse
Pegada a la pata de la futura madre
Podría cumplir su sueño, quién sabe

La reseca hoja ya ve el agua
Y directa se dirige como en un sueño
Pues esa madre ha visto su comida
Serpenteando entre los reflejos ya tiene dueño

La húmeda hoja está feliz
Ha llegado al fin donde había soñado
Su impotente viaje, lleno de quimeras
No admitía llantos, tan sólo esperas.

Lo que quedó dolorido (relato rimado - humor)



Por la virtud de mi bien amada
Mancillada en su plenitud
Blandiré mi fiel espada
Buscando alivio a su acritud

Y doblegaré a quien usurpó
O animó a quien allí se hallare
Clavando el hierro en su honor
Y cortar el miembro que para ello usare

Y por testigo pongo mi fe
Donde tanto hallé, siendo un mendigo
Que buscaré sin freno el dolor
De aquel que afanó lo por mi querido

Y doy por hecho que ella no quiso
Sin haber aviso, ni rotos desechos
Ya que los gritos que horrorizado escuché
Parecieren romper lo que estuvo estrecho

Y lloro al pensar en la noche elegida
Por ser despedida antes de casar
Donde las doncellas amigas no saben nada
Sólo que marcharon antes de clarear

Ay de mi, lo que escucho es obsceno
Pues es sarraceno quien debió huir
Los guardias acuerdan que era muy alto
Y como olvidar su rostro feliz

Mi amada me implora que eche el freno
Aún sintiéndome ajeno, ya no me ignora
Relajada y radiante su faz se ve
Como nunca antes, la observo agora

Que pesada carga llevo en mi cabeza
Amor o nobleza, tras cruel noche amarga
Por Dios, que agora me surge el dilema
De olvidar y casar, o saldar cuesa falta

Tormentos burlaran por siempre mis espaldas
O descuidar las faldas amadas más me turbaran
Oh, casaré con ella aunque pese en mi testa
Aunque avisor estaré por si vuelve el Don Juan

Por la virtud de mi bien amada
Mancillada en su plenitud
Alargaré mi fiel espada
Para cortar del sarraceno lo que produjo mi Cruz

Y por testigo pongo mi fe
Donde tanto hallé, siendo un mendigo
Que amaré sin freno a mi amor
He intentaré rellenar lo que quedó dolorido

" MI AURORA " (relato corto)



Nunca pensó en tener un hijo, y nunca, por supuesto, pensó que las brillantes luces del paritorio le pudieran producir aquella jaqueca. Los indescriptibles dolores que sentía con cada contracción se duplicaban con su exposición a la inmensa luz, que contradecían, irónicamente, su actual sombría vida. 

Nueve meses temiendo que llegara este momento, y ahora tan sólo deseaba que se fundieran los plomos.

El sudor que resbalaba por su espalda hasta empapar la camilla, llevó su mente hasta aquel fatídico día en que entregó todo su amor. Aquel día, del que ya no quedaba más que un no deseado hijo que en breve se enfrentaría a la brillante luz que la desconcertaba entre fuertes dolores y amargos recuerdos.

Nueve meses pensando qué hacer después, siendo consciente, de no querer saber nada de lo estaba a punto de salir de su cuerpo. Tan sólo tenía claro una cosa: su nombre. Si era varón se llamaría como su desatento padre: AMAN, para que su nombre recordase a todos el desierto, el silencio y la soledad que ella misma había padecido durante todo su embarazo, y para que perdurase el nombre de un cobarde. Pero si era mujer, lo tenía infinitamente claro: AURORA. Si había algo en este podrido mundo que le hiciera sentir, casi, como aquel día, era poder disfrutar del espectáculo de la Aurora Boreal. La reacción de las partículas solares al ser rechazadas por la atmósfera, produciendo aquel infinito baile de colores, sentía que era la cosa más hermosa que viera jamás.

La contundente mano de la partera la apartó, por un momento, de sus pensamientos, obligándola a calmarse y a intentar respirar acompasadamente entre las horribles contracciones. Pero ella quería volver, insistente, a aquella tarde. Sentir de nuevo el olor a hierba, a flores, al fresco aire de las cercanas montañas. Cuanto daría por sentir ahora aquel aire, puro y limpio, que le hiciera olvidar el olor a sangre que emanaba de su entrepierna.

No quiero mirar, pensaba. No quiero ver su cara. No quiero tener ningún recuerdo cuando la entregue en adopción.

Ya lo tenía todo preparado. Una familia normal tan sólo le había requerido a las monjas. Una familia que le dé lo que ella, ni quiere, ni puede darle.

Los instantes, cada vez más cortos, entre las dolorosas contracciones, los pasaba alejada de aquella habitación. En el lugar que hubiera deseado tenerlo. Aquel alejado prado que tanto rememoraba al cerrar sus cansados ojos de adolescente. Pero la realidad la volvía a traer haciéndola doblar su pequeño cuerpo, de dolor.

-Un poco más- Oyó que alguien decía, mientras ella cerraba con fuerza sus párpados. E incomprensiblemente, la luz se atenuó. Un silencio sepulcral abrigo su alma. Desaparecieron los dolores y su diminuto cuerpo se desplomó como una inmensa ola contra las rocas.

El llanto del bebé la llamaba, mientras ella intentaba volver a su lugar preferido. Ni los zarandeos de las enfermeras podían traerla de vuelta. Y estando atrapada por aquel recurrente recuerdo notó algo nuevo en el evocado paisaje. Algo irreal.

Por encima de las altas montañas, desde donde llegaba aquel aire fresco, pudo ver un bailante verdor sobre los altos picos. Y abrió sus párpados irremediablemente, al decir: -mi Aurora -


martes, 15 de abril de 2014

Nunca (poema)


Nunca moraré en el pasado
Ni mis manos volveré a ensuciar
Seré la mosca en el prado
Revoloteando sin más

Nunca más caminaré calzado
Tanto en cuanto, me hayan de apretar
Y sólo anudaré los lazos
Cuando encuentre la verdad

Nunca reiré por ser de agrado
Ni de mi boca un susurro se oirá
Taparé con fe mis labios
Y mis besos morirán

Nunca más pondré un pie en la tierra
Saltaré entre ramas a voluntad
Y hasta el día en que me muera
Mosca, lazo, boca, y eterno mi afán

lunes, 14 de abril de 2014

El amor te llamará (poema)

Ese camino angustioso, de levedad y simpleza
De noble sutileza y amarga contrariedad
Ese sendero sempiterno, de risa franca y voluntad
Hermética paridad, lastrado y confuso
Donde mirar y ser mirado, donde amainar las tibias olas
Como al río se le añora, llegado seco a tu verdad
Esa senda de penurias, de malsana grandeza
Adornando las cabezas, matando cada lugar
El pasaje del amor, donde todos llegar descalzos
Limpios y libres del fruto amargo, a la avenida claridad
Vereda dura y simple, de obligado recorrer
Siempre y cuando tú lo aceptes, el amor te llamará

Su mundo era la noche (poema)

Cuando se ocultaba el sol
Cuando el sueño la atrapaba
Cuando se hacía su realidad
Y el día la olvidaba

Se abrían las ventanas
La alegría volvía a embriagarla
Sus deseos se cumplían
Y el amor no era una carga

Recorriendo tantos lugares
Como horas tiene la noche
Donde antaño fuera cuerpo
Y su corazón puro derroche

Aquellos cálidos lugares
Aquellos frágiles momentos
Donde correteaba libre
A la espera de su encuentro

Removiendo unos baúles
Colmados de sensaciones
Hasta agotar el miedo
Y vaciar otros mil perdones

Sin temor a las miradas
Como tanto temía la luz
Que la obliga cada mañana
A convertir su mundo en una cruz