jueves, 21 de mayo de 2015

Sin final con ternura



Cruzado en el verso dolencias de un corazón partido,
rampa demonio inquieto en sus líneas manchadas.
Y trasiega el cadáver fétido de un amor dolorido,
que enmudece al llanto surgido de su palabra.

Retiene su aroma en cada frase impresa,
hurgando mezquina en la herida pustulenta.
Y la mísera Oda vertida queda presa,
a un recuerdo amargo podrido en la cuneta.

Cruzado el punto, se esparce el hedor,
cubriendo todo lo que hubo de bueno;
el curso de un tiempo que quiso el amor.

Inevitable es, que no sirve de sutura,
ni enmienda como pago del querer;
quedado el remordimiento sin final con ternura.

Al agua, el río
Al pie, el camino
Al miedo, el frío,
Al amor,... su destino

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