viernes, 24 de julio de 2015

No recuerdo


No hay claridad más absoluta que la de un nuevo día. Tan rotunda como aquella primera cuna encharcada donde la química construyó al hombre.

No hay espejo más sincero que los ojos de quien te ama, dando razones mientras el resto espera tu debacle.

Nunca imaginé que el invisible viento pudiera traer tanto daño, refugiando las esporas que la primavera vierte en busca de nuevas tierras.

Nunca tuve intención de olvidar aquellos días amargos. Los que alimentaron el odio negando la palabra. Tristes como el rostro del hambriento. Como el desconsuelo de quien despide a un ser querido.

No recuerdo sentir nunca la indiferencia que se ha anclado en nuestro efímero mundo, donde el crédito es económico y la verdad tan solo una palabra bien sonante.

No recuerdo haberte dicho adiós esta mañana.

Ni por qué sigo acostado aún.

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