El hielo suena bajo mis pies
Se agrieta, se fragmenta en trocitos
Pero sigo yendo
Siempre mirando al frente
No quiero entender
Por qué no se hace añicos
El hielo congela mis cansados pies
Y agarrota, y entumece
Pero prorrogo mi caminar
Esquivad, les grito a mis ojos
No soy capaz de retener
El marchito calor que el hielo no estremece
El hielo irradia una luz cegadora
Que atrapa y obliga, doliente
Pero me exijo, mirar, observar
Aguantad, a mis párpados preciso
No los quiero cerrar
Que a mi alma helada miren valientes
En el lago silenciado y congelado de mi alma
Ya no queda calor, tan sólo calma
No hay comentarios:
Publicar un comentario