Camarada en mis cacerías de rayos
Esas noches de insomnio latente
Buscando estímulos al presente
Mientras él patrullaba los flancos
Colega que demuestra y concede
Donde el silencio llenan las miradas
De esas que no piden nada
Pero que hacen saber cuánto debes
Compañero al que echo de menos
A cada paso, a cada respiración
Asignándole valor a mi razón
De su ser único, que dobló mi credo
Amigo al que rendir tus lágrimas
Esas que coleccionas con celo
Pensado que un día, si muero
Recordaré que fueron dobladas
Hermano que quedó para siempre
Al resguardo de mi memoria
Y a quien quiera que acompañes ahora
Le envidio, por poder acariciar tu frente
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