Alzar la mano
En el punto sin retorno
Equidistante al viaje
Imparable del ave
Huyendo del otoño
Alzar la voz
Como último grito
Semejante a la riada
Intensa en su nada
Y su verbo maldito
Alzar la mirada
Cuando el temor consume
Conforme iniciar una guerra
Con nubes que aterran
Y aún rostros que unen
Alzar la prueba
Cuando lo exige la mente
Cuan novela parida
De noches sin días
Palpable y presente.
Alzar, alzar, sin rubor…. ni piedad.
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