martes, 28 de abril de 2015

Una vez me enamoré, de una niña… del demonio



Ustedes nunca estuvieron, 
tan cerca como yo.
Ni vieron mis mariposas, 
perdiendo la razón

Una vez al día, 
vivía mi amor.
Solo cuando la veía, 
latía mi corazón.

Sus ojos azules, 
su piel blanquecina.
Su pelo moreno, 
y la sirena, mi espina

En la fila del recreo, 
Alfas y Omegas.
Ella era el Alfa, 
y yo su pareo

Apenas diez minutos, 
sintiendo aquel ardor.
No escuchaba sus insultos, 
su pelo volaba mí alrededor 

Yo siete y ella ocho, 
los géneros tan lejos.
Y el rubor de mis sonrojos, 
ahogando mi pecho.

Sus palabras convertía, 
en agua, miel y oro.
¿Qué estás mirando, bobo?, 
eran mis “Buenos Días”

Una vez me cegué, 
por la luz del Pandemónium.
Una vez me enamoré, 
de una niña… del demonio


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