Señora mía
De mis paseos, es
proveedora de alegría
No he podido evitar
estas líneas enviarla
Llevando días, privado
de admirarla
Sepa que suyo, soy
ferviente seguidor
De sus tiernas lecturas
bajo aquel senador
La avenida del viento
amainada ha quedado
Que hasta el sol de
media tarde se declina excusado
Nada pretendo,
sabiéndola esposada
Más, no prive a mis ojos,
su imagen sosegada
De la fuente junto al
senador soy yo quien bebe a diario
Alrededor de las seis,
siendo fiel a ese horario.
Continuaré esperando el
próximo frágil momento
Que permita de nuevo
verla, ¿quizás, un primer encuentro?
Precioso poema. Seguro que irá siempre a verla. Es muy romántico. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Ana Lía. Yo también estoy seguro.
ResponderEliminarUn enorme abrazo.
Hola Carlos.
ResponderEliminarMe ha encantado, es un poema precioso.
Esos amores...
Un abrazo
Muchas gracias Lucía. Sí, esos amores platónicos son los mejores.
EliminarUn enorme abrazo y mucha suerte.
Y quién no ya tenido uno de esos amores amigo Carlos! Grandes letras, carta de amor y poema! Qué mas podría pedir esa bella amada? Saludos y suerte en el concurso!!
ResponderEliminarMuchas gracias tocayo. Eso es: quién no los ha tenido?. Nos vemos reflejados en él.
EliminarUn enorme abrazo.
Qué bello poema, Carlos.
ResponderEliminar¿Pasará algo entre ellos? Supongo que no más que esos frágiles momentos; esa relación platónica les queda tan bien...
Abrazo y mucha suerte!
Gracias Federico. Pasará lo que tenga que pasar y ellos promuevan, como siempre, jejeje.
EliminarUn enorme saludo.