No abrigues mis manos, si están cerradas
No beses mis labios, si
ahora aprieto
Detén tu camino, si ves mi
espalda
Te ruego vivir, aunque estés
muy lejos
En mis cabellos grises ondularé
tu nombre
En la mar eterna ahogaré tus
besos
Cuando mire atrás, llamando
a tu rostro
Fingiré no recordar, lo que
fue el hecho
Y es tan frágil la sinrazón
Y fue tan duro aquel momento
Verte besar al quien fue un
amigo
Fue como hurtar al mar, sus bellos
reflejos
Que endurezcan los caminos
la lluvia fría
Y que reverberen las arenas
de los desiertos
Es el cristal de la razón
quien determina
Aunque mi corazón grite
rabioso que ya estoy muerto
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