Una vez apagadas las luces,
lo real se oculta en las sombras.
Mi mente y yo por fin conversamos,
buscando sentido a contenidos y formas.
Los problemas se arrastran lejanos,
y se intentan limpiar las heridas.
En la oscuridad se miman los rostros,
de los que ya doblaron las esquinas.
Y vuelvo a tener doce años,
corriendo por si se acaba el día.
Y el calor del primer beso,
derrota a los que fingía.
Una vez apagadas las luces,
ambos vuelven a encontrarse.
Quien vive rodeado de cosas,
y tú, quien decide cuando apagarle.
Estupendo este, Carlos, llevándonos a ese duermevela que tantas sensaciones nos recrea..Sobre todo las dos estrofas medias son geniales..Saludos
ResponderEliminarEn la almohada soñamos y volvemos a crear....
ResponderEliminarUn Abrazo Calos.