En el margen
del olvido
Donde habitan
los letargos
Donde mueren
los sentidos
Y la voz no
tiene espacio
Esa senda perezosa
Donde el aire
es tan amargo
Donde la
niebla es envidiosa
Y me atrapa el sucio barro
Esa triste estancia
Donde te
arrastra el desamor
Donde se acaba
la magia
Y se aferra tu
dolor
La laguna en
mi memoria
Donde hundir
los amuletos
Donde el alma se
te expropia
Y la razón es otro
objeto
En ese territorio
desierto
Donde viven
los apartados
Donde el amor
sucumbe al tiempo
Y el perdón es deshojado
Esa es ahora mi morada
En las horas que te recuerdo
En aquellas que me abrazabas
Hoy, espejismo sin tu reflejo
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