martes, 16 de diciembre de 2014

De lino blanco vistió el paraje


Se fueron los días tiernos del otoño
Quedando monótono el crudo paisaje
Absurdo el rigor y la letanía
De lino blanco vistió el paraje

Tu voz se fue también con sus ecos
Proyectando un recuerdo venidero
Que los pájaros quisieron imitar
El rumor amable de un lánguido quiero

Y que decir de las risas vagando en el viento
Esas que se amontonaron como las hojas caídas
Como alegres copos en busca de huída
Mecidas con la calma y la fe del tiempo

Se fueron recordando el campo cubierto
La paz, la condena del color atenuado
Los requiebros dormidos que nos daba el sol
De la estación que sucumbe a un amor mitigado

Tu rostro se fue también en la ventisca
Adquiriendo un tono de claro enfado
El trino y el llanto se enredaron enojados
Atrapando otro amor en la eterna prisa

Y que decir de los que quedamos
Bajo las hojas y la nieve tupida
Sin sentir tu voz, sin ver tu rostro
Conminados a sufrir la fría herida


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