Los días se han clonado
La piel no se emociona
Ni el recuerdo de los
muertos
Nos hace mejores personas
La risa es un lujo
La fe nos sabe a poco
Para que voy a llorar
Si ya no hay lágrimas en mis
ojos
La amistad está de luto
La ilusión es ser esclavo
Es tanta la pendiente
Que todo se viene abajo
El hambre esta en la sangre
La pena es como un suero
Cuando sale un nuevo sol
Mi cuerpo es más sincero
La cabeza es sólo un lastre
La razón ha echado el cierre
Cuando miro alrededor
El decoro se me pierde
El corazón se ha adormecido
La voz suena a plegaria
El alimento que me encuentro
No sacia toda mi rabia
La inocencia busca al niño
La muerte a los tiranos
Y todos los que sufren
Siguen buscando esa mano
Querido Carlos, impresionante este poema denuncia, palabras simples, llamando a las cosas por su nombre, y como bien decís, llevándonos a reflexionar. Un gusto leerte, muchas gracias. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias Myriam. Me gusta intentar "remover" cuando escribo.
ResponderEliminarEs muy amable tu comentario. Gracias, sobre todo, por leerlo.
Un enorme abrazo.