martes, 27 de octubre de 2015

La evolución del Amor...


Diminuto como el deseo embrionario, tus latidos dejan ahogado al reloj. Supuestos fraccionados, al margen, al borde, al temor.

Pequeño como la pasión de una bala, se rasga el frío en el hielo. Etéreos, malgastados, el eje desplazó su centro.

Grande como el amor aturdido, y las palabras surgidas entre los besos. Plato caliente de diario, pasto que alimenta el miedo.

Enorme como el cariño tatuado, como el Patrimonio contable de la mente. Cuando los días retroalimentados, nos dejan su calostro en la muerte.

Suena el cuerno y yo acudo.
Suena delirante y perverso.
Suenan los impulsos más puros.
Resuenan los amores conversos.

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