- Sólo es la luna,
¡por Dios¡
-
Es más que eso,
influye en nosotros de manera especial.
-
Es tan sólo una
roca inerte.
-
Si, y el sol una
gran bola de fuego.
-
Eso es…
-
Nunca has sido
nada romántico
-
Eres una
soñadora
-
Y tú un
descreído.
-
¡Ja¡, veo lo que
veo.
-
Pues yo veo su
hermosura, su fatal atracción. “Una jovencita con granos en la cara”.
-
Si, con dos
caras. Menuda imaginación. Antes creía que tenías pajaritos en la cabeza, pero
ahora…
-
Me gusta soñar.
¿es malo?
-
¿Soñar
despierta?, sí
-
Es cuando mejor
disfrutas de ellos. ¡Mírala¡, cuan hermosa, suspendida en el vacío ante
nosotros.
-
No tiene vida
propia, está ahí dando vueltas a nuestro alrededor, nada más.
-
Bueno, ¿por qué
no le preguntas a él?, seguro que sabrá explicarnos qué es, mejor que nosotros.
-
No lo molestaré
para eso. Estará en sus cosas.
-
¿crees que estará
muy ocupado?, jejeje
-
No, pero mañana
es un día especial y estará descansando.
-
Eso si…. <Seguro que se sintió especial>.
-
No lo dudo, pero
era su trabajo.
-
Eso no es un
trabajo, ¡no como el nuestro!. Treinta y cinco años haciendo pan cada día.
-
Lo hecho de
menos, ya vez.
-
Pregúntale anda…
-
Dios, que
majadera. Mañana vendrán sus hijos y ahora mismo estará pensando en ellos.
-
¿por qué no
tuvimos hijos nosotros?
-
No lo sé. ¿estábamos
muy ocupados?
-
Siempre deseé
tener una niña y llamarla Luna.
-
Pues si que te tiene
atrapada.
-
Sí, desde que
era muy jovencita. La miraba cada noche y pensaba como sería nuestra vida.
-
Pues ya sabes
como ha sido, y no creo que influyera mucho en lo que nos pasó.
-
Fue un
accidente, nada lo habría podido evitar.
-
Olvídalo anda…
sigue mirando la luna.
-
Le voy a
preguntar.
-
Déjalo, no creo
que quiera que le molestemos.
-
Lleva un año
encerrado ahí, seguro que se distrae... Señor Armstrong..?
-
¿Qué haces?, no creo que……
-
NUNCA ESTUVE EN LA LUNA,….. Y AHORA CALLAOS UN
POCO, MAÑANA ES EL DÍA DE TODOS LOS SANTOS, ¡POR DIOS!