viernes, 6 de febrero de 2015

¿Y qué?



¿y qué? si voy recogiendo sus pedazos,
los que desecha entre tinieblas.
Ni las grietas de las aceras,
pueden evitar que crezca la hierba.

No tengo respuesta a esa pregunta,
pero si puedo apostar,
porque el sol sigue brillando tras las nubes,
y que ella no los querría tirar.

¿y qué? si rechaza sus lágrimas,
llorando aún más por cada una.
Ni el oro brilla tanto,
cuando un bebé sonríe desde su cuna.

Y sigo sin tener respuesta,
pero si puedo asegurar,
que las que escapan por entre mis dedos,
son esas, por la que no debería llorar

Cuando la observo desde mi ventana,
perderse más allá de las paredes.
Pienso en regalarle un bosque,
y que sea dueña de algo que siempre crece.

Sé que las respuestas no son la solución,
mientras la venda cubra sus ojos.
Mientras su corazón sea testarudo,
y no pueda ver que la amo, en mi rostro.

¿Y qué? Si la quiero,
si lucho sólo contra el mundo.
Ni David tuvo tanta suerte,
ni la desdicha anida en todo vagabundo.

4 comentarios:

  1. ¡Muy bonito! Me encantan tus escritos :)

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    1. Muchas gracias, un enorme halago el que me haces.

      Saludos.

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  2. Tus pomas tiene sentido y forma hermosos..Admiro tu forma de escribir..

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  3. Muchas gracias Alfmega. Yo los defino, sencillamente, cargados de emoción.
    Gracias por comentarlo y, sobre todo, por leerlos.

    Un enorme abrazo.

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