martes, 23 de diciembre de 2014

¡AY, TOMÁS, TOMÁS! (Relato - humor)



Tomás cogió el toro por los cuernos,
literalmente, le echó redaños.
Volvió a la casa y con ojos tiernos,
se dejó de mentiras y apaños. 

María es verdad, te he mentido.
Ayer no me asaltaron en la ciudad.
Solo que quería comprarte un vestido,
y esa es toda la verdad. 

Ella tomó aire antes de hablar,
para luego cambiar de color,
Y espetarle antes de gritar.
¿Y dónde está ese vestido, mi amor? 

Tomás dijo sereno y con calma.
Verás, no te lo vas a creer,
con todo el dolor de mi alma,
no sé donde lo he podido perder. 

¿Era de color rojo, como me gusta?
¿Y de encajes en la falda?
Exactamente, y se ajustaba perfecto,
a la caída de tu espalda. 

Tomás piensa un poco y suspira,
antes de preguntarle a su esposa.
¿Me crees, cariño?, no es mentira,
¿pero cómo adivinas esas cosas? 

Tengo un sexto poder.
Le dijo mirando al final de la calle.
O es que a Susana acabo de ver,
luciéndolo en todo su talle. 

Tomás gira el torso para encontrarse con Susana,
y al volver a encarar a su mujer,
mirarla luciendo el regalo con cara lozana,
el color en su rostro volvió a perder. 

Perdona María, él comenzó a decir,
cuando la puerta se cerró con firmeza.
Y de Susana vio el dedo sobresalir,
antes de comenzar a dolerle la cabeza. 

Y Tomás volvió a coger por los cuernos el toro,
literalmente, le echó redaños.
Y muy erguido marchó frente a todos,
pero en el redil volvió a dormir con el rebaño.

1 comentario:

  1. Espero que todo acabase en un asesinato o en una venganza, sino, Susana no sería mujer.

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